Con tanta buena voluntad llego a comprender pero, desde luego, nunca a justificar a los que en diciembre de 1998 votaron por Chávez. La falta de seguridad que había en el -país por supuesto nada que ver con lo que está sucediendo ahora – el sectarismo y la inmensa ambición de los dirigentes del binomio partidista AD y COPEI que desde 1958 controlaban las principales actividades de la vida política y económica y con una corrupción  que se había infiltrado en todos los meandros de la vida pública y privada, por lo visto habían sido los factores que impulsaron mucha gente a votar por el Tn. Coronel golpista.

He dicho que puedo llegar a comprenderlo pero nunca a justificarlo, porque dar el proprio consenso electoral a un militar que, enlutando a miles de hogares venezolanos y violando descaradamente la Constitución ha intentado conquistar el poder con la fuerza, es un acto de ignorancia y atraso político, demostrando  una carencia total de sensibilidad democrática.

Sin embargo no hay comprensión ni mucho menos justificación para esas personas que, despues de casi veinte años de gobierno chavista y frente al desastre económico, social, político, monetario y moral  que vive esta pobre Venezuela  revolucionaria, frente al vergonzoso despilfarro de más de “cuatro mil millones de dólares” irresponsablemente derrochados y descaradamente regalados, frente a la carencia de repuestos, de alimentos, de medicamentos, de seguridad, etc… siguen apoyando todavia a esos señores. Y conste que denuncio esta tragedia que está viviendo esta Venezuela chavista no porque lo haya leído en la poca prensa de oposición que todavia queda, sino porque, durante mi breve estadía en Valencia la he vivido en primera persona, con todos los problemas, todas las renuncias y todo el sacrificio que eso conlleva.

Lo que está sucediendo es inaudito y por eso reitero que “seguir apoyando a esa gente, no solamente es falta de amor para Venezuela, sino es un profundo acto de incultura política!

Desde Italia   –   Paolo Montanari Tigri

 

 




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