sistema eléctrico
(Foto referencial)

Para Alfonzo es imposible planificar su rutina diaria. Él lo intenta, hay mañanas en las que todo va en orden y cumple con lo agendado como parte de su trabajo remoto, pero todo se le sale de control cuando ocurre, de repente y sin previo aviso, un corte en el servicio eléctrico.

Él suele esperar media hora. Con suerte se trata de una falla sencilla. Sin embargo, durante las últimas dos semanas no ha sido así y se ha enfrentado a interrupciones de entre dos a más de cuatro horas que se repiten hasta tres veces al día.

A veces se siente nómada. Sale con su computadora portátil a cuestas e inicia su aventura. Entra al cafetín de un supermercado cercano que tiene planta eléctrica pero, últimamente, con el corte del servicio también se cae la conexión de telefonía y no tiene cómo compartirse datos desde su celular para seguir trabajando.

Así sigue su travesía. Entre gastos inesperados que le hacen pensar que su empleo no es rentable porque, aunque no haya electricidad él debe cumplirle a su jefe que vive en el exterior, por lo que paga taxi para trasladarse rápido, compra al menos uno dos cafés donde logra sentarse a trabajar, y hasta le ha tocado almorzar en cualquier parte.

Mientras Alfonzo se enfrenta a ese día a día en el municipio San Diego, en Puerto Cabello, Maglis estuvo por 30 horas sin electricidad en su casa ubicada en el sector El Faro, y además de la angustia de pasar la noche echándole aire a su nieta con un pedazo de cartón que también le servía para espantar los sancudos, pensaba en la comida que temía en la nevera y que tanto le cuesta comprar.

Lo que temía ocurrió. “Perdí la carne y el pollo. Todo se puso verde”, expresó sin saber cómo haría para alimentar a su familia porque ella vive de las tortas que hace y vende y no tenía encargos.

En Naguanagua, Martina aprovecha los sábados para poner orden en su apartamento, pero este fin de semana todo fue atípico para ella.

Cuatro veces estuvo sin servicio eléctrico y hubo varias fluctuaciones que provocaron que se quemaran tres bombillos, el conector de un aire acondicionado y logró desconectar el reto de los electrodomésticos para que no se dañaran.

“Tuve que lavar por etapas, cuando ya iba a medio camino se iba la luz y tenia que desconectar otra vez, entonces lo que pude terminar al mediodía, lo hice en dos días”.

El problema

No es casualidad que Alfonzo, Maglis, Martina y todos los carabobeños estén padeciendo esta situación. El coordinador de la comisión eléctrica del Centro de Ingenieros de Carabobo, Isnaldo Jiménez, explicó que se trata de la saturación, agotamiento y fragilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), porque lo que existe tanta inestabilidad en el servicio.

La carencia de generación sólida y la debilidad en la transmisión se suma al “deterioro progresivo del sistema eléctrico de distribución de los 24 estados del país, además de la poca o ninguna previsión de sostener lo inesperado en sucesos  de tempestades, lo que precipita el caos de ocurrencia de interrupciones simultáneas que toman de sorpresa a un sistema eléctrico desprovisto de recursos humanos, equipos y materiales para enfrentar esta situación que la misma empresa prestadora de servicio lo convierte en caos innecesario”.

Sistema eléctrico
La generación termoeléctrica en Carabobo está en cero, según el coordinador de la comisión eléctrica del Centro de Ingenieros, Isnaldo Jiménez (Foto: Archivo)

El ingeniero insistió en que el SEN no cuenta con la capacidad para sostener los eventos climáticos que ocurran, sobre todo porque en Carabobo la generación termoeléctrica está en cero, mientras que se hace un esfuerzo diezmado para que Guri genere lo que necesita el país.

“Si tenemos promedio 50 subestaciones en Carabobo, un territorio de cuatro mil 750 kilómetros cuadrados, y ocurre una interrupción en el 70 % de esas plantas, que es el equivalente al 50 % de los circuitos de la alimentación de la carga, resulta imposible, con los recursos que se cuentan, dar respuesta efectiva”.

Respecto a los lapsos de restitución del servicio, Jiménez explicó que todo depende de la causa de la interrupción . “Mientras el SEN sea débil de inestabilidad en la generación y transmisión, y no se tenga generación firme en los 24 estados, no será posible resolver en tiempo óptimo la problemática del servicio eléctrico”.




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