El grupo escultórico Monumento a monseñor Salvador Montes de Oca, que fue víctima de actos vandálicos en el año 2017, fue restaurado y está listo para ser devuelto a su sitio de origen, la plaza que lleva el nombre del segundo obispos de Valencia.
El presidente de la Fundación para la Cultura de Valencia, Denis Miraldo, al suministrar la información, detalló que la restauración a cargo de Gustavo Castrillo, fue culminada el año pasado y se mantiene en resguardo.
La idea es instalarla de nuevo en su sitio de honor, cuando la plaza sea rehabilitada. Según dijo, los trabajos de rehabilitación iban a comerzar, pero no se pudo por lo de la pandemia.
Miraldo precisó que a la escultura de monseñor Montes de Oca, los delincuentes le arrebataron la cruz que tenía en su mano derecha. A la escultura de la mujer, que forma parte del grupo escultórico, le arrancaron el brazo izquierdo. Todo eso fue restaurado por Castrillo, en trabajos encomendados por Induval.
Este grupo escultórico de tamaño natural, data del año 1946 y fue elaborado por Antonio Rodríguez del Villar. por encargo de Ana Cecilia Branger, cuando repatriaron los restos del Obispo Mártir.
Está compuesto por tres estatuas, una pedestre, una sedente y una yacente.
UN POCO DE HISTORIA
Salvador Montes de Oca, hijo de Andrés Montes de Oca y Rosario de Montes de Oca, fue designado como segundo obispo de Valencia a los 32 años, y sirvió como tal desde 1927 a 1934.
Fue nombrado en el cargo, posterior a la muerte de monseñor Francisco Antonio Granadillo, y su partida de Venezuela se debió a presiones políticas durante la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Cuando renunció fue sustituido en el cargo por monseñor Gregorio Adam. El día de la renuncia Montes de Oca fue nombrado obispo titular de Bilta, un cargo honorario que mantuvo hasta 1940. Y a la fecha de su muerte, a los 48 años, tenía el título de obispo emérito de Valencia.
Desde su elevación a obispo, Salvador Montes de Oca tuvo varios enfrentamientos con la dictadura de Gómez. Una anécdota la tiene visitando estudiantes presos en el castillo Libertador de Puerto Cabello, y recogiéndolos en su automóvil, cuando fueron liberados. Uno de ellos era Andrés Eloy Blanco, quien refirió el suceso en la asamblea constituyente de 1947.
