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Fue su hermano mayor el que le enseñó el oficio de la barbería. (Foto: Kevin Arteaga González)

En un país con los índices de pobreza y desempleo más altos de la región, que además atraviesa por un proceso hiperinflacionario y una dolarización de facto, aprender un oficio puede hacer la diferencia entre subsistir o no. Con apenas 19 años y una hija pequeña que debe mantener, Jesús Matos lo sabe bien. Por eso, desde que tenía 17 trabaja como barbero en un barrio al sur de Valencia.

El oficio de barbero fue algo que siempre le interesó. Creció viendo a su hermano mayor ganarse la vida cortando cabello. Un día, siendo ya adolescente, le pidió que lo enseñara y con el pasar del tiempo fue aprendiendo hasta perfeccionar su técnica. “Al principio mis amigos me pedían que los afeitara y yo iba hasta sus casas”, narró. Así comenzó su lista de clientes.

Desde hace dos años instaló una especie de quiosco improvisado en plena calle, muy cerca de donde vive, con dos sillas de barbería y un par de mesas de madera rudimentarias, con espejo incluido, para que los clientes puedan observarse mientras él les realiza el corte de cabello que le pidan. “Yo cobro un dólar por cualquier corte de adulto o niño”, dijo en conversación con El Carabobeño.

Allí Jesús trabaja cinco días a la semana junto a un amigo, que también es barbero. Ambos decidieron mudar su pequeño emprendimiento a la avenida, porque solo de esa forma o haciendo atención a domicilio podrían quedarse con el 100 % de las ganancias. Irse a una barbería implicaría alquilar el puesto dentro del local o ceder un porcentaje de cada corte, una opción que descartaron.

Según el más reciente informe de la firma FocusEconomics, Venezuela está entre los países con los peores desempeños económicos en el continente. Sus estimaciones apuntan a que durante este 2021 la tasa de desempleo en el país alcanzará un 33 %. Le sigue Brasil, con 14,1%; Colombia, con 13,9%; Argentina, con 11,5%; Perú, con 10% y Uruguay, con 10%.

Su faena inicia desde temprano, a las ocho de la mañana, cuando saca a la calle las sillas y las mesas. Sin importar si es semana de cuarentena radical o flexibilización de acuerdo al esquema de 7+7 impulsado por el gobierno, salen a trabajar, como también lo hace la mayoría de los habitantes del sur de la capital carabobeña. “Es un trabajo de todos los días, no me puedo quedar durmiendo en casa”, aseveró.

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Desde hace más de un año mantiene el precio del corte de cabello a un dólar. (Foto: Kevin Arteaga González)

En lo que considera como “un día bueno”, que por lo general ocurren durante las semanas de flexibilización, puede llegar a atender hasta más de seis personas. De mantenerse la racha, semanalmente logra reunir unos 30 dólares. Al mes, en promedio, son 120 dólares. “Hay días en los que baja la clientela, pero siempre vienen a afeitarse después, cuando tienen un chance libre”, detalló. “Yo como, vivo y me visto de esto”.

En marzo el precio de la Canasta Alimentaria Familiar fue de 322,57 dólares, aumentando 40,60 dólares respecto a febrero, de acuerdo a datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros. Para poder cubrir ese monto Jesús necesitaría el equivalente a más de dos meses de trabajo.

También debe destinar un porcentaje de lo que gana para reponer los productos que usa para trabajar, como el gel de cabello, las hojillas descartables y el alcohol, agregó. La infaltable gelatina con la que peina a sus clientes, por ejemplo, la consigue en tres dólares o tres dólares y medio.

Como estrategia para no perder clientela, señaló, durante prácticamente todo el año pasado y lo que va de 2021 ha mantenido el precio del corte de cabello en un dólar, mientras que otros que como él hacen lo mismo en la calle, cobran entre dos o tres dólares. “El corte sube en es soberanos (bolívares), pero un dólar siempre será un dólar. Algunos sitios sí han subido el precio en dólares”.

Sin saberlo, Jesús hizo referencia a la depreciación del tipo de cambio: pérdida de valor del bolívar frente a otra moneda, en este caso, el dólar estadounidense. Hace exactamente un año el corte de cabello a un dólar equivalía a 194 mil 936 bolívares. Hoy, aunque él mantiene el precio fijado en la divisa estadounidense, en la moneda nacional registró un aumento de 1.234 %, tomando que la tasa de cambio actual ronda los dos millones 700 mil bolívares.

Cada vez son más los que le pagan con dólares en efectivo ante la escasez de bolívares en billetes. Estudios de la firma Ecoanalítica revelan que la dolarización transaccional continúa avanzando en el país. Hasta marzo de este año 67,1 % de los pagos se realizaron con una moneda distinta al bolívar, predominando el uso del dólar.

Para Jesús y su compañero de trabajo la jornada finaliza entre las dos o tres de la tarde, cuando cierran los mercados y el resto de los comercios. Eso que implica que merma la presencia de personas transitando en las caóticas calles de los sectores populares de la ciudad. Barren del piso los restos de cabello, guardan nuevamente las sillas y las mesas, y dejan todo preparado para el día siguiente.

Yo nada más agarro dos días libres, pero después vuelvo a trabajar. Gracias a Dios aquí nos va bien y vamos mejorando las cosas poco a poco”, sostuvo.




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