Rosa Orozco presentó denuncias en la fiscalía.(Foto Dayrí Blanco)

Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

Rosa Orozco aún lucha contra la pesadilla de haber perdido a su hija Geraldín Moreno. A la joven la asesinó un Guardia Nacional en 2014 durante la represión de una protesta pacífica en el portón de su residencia, en Tazajal. Fue una escena que tuvo que revivir el lunes 15 de mayo, cuando 12 funcionarios en motos entraron a la urbanización disparando lacrimógenas y perdigones, de los mismos que mataron a la estudiante universitaria.

Dentro su apartamento lanzaron bombas. Lo mismo hicieron en otros donde había ancianos y niños que hicieron lo posible por escapar de la asfixia. Orozco no entiende la arremetida, la persecución. Responsabilizó particularmente a Néstor Reverol, ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz; Antonio Benavides Torres, comandante de la GNB; y a Efraín Verdú, comandante del Destacamento de Seguridad Urbana (Desur) de la GNB; por ser quienes dan las órdenes de los operativos de represión violenta en la entidad.

Con pruebas en mano de parte de lo que fue detonado en ese sector de Naguanagua, la mamá de Geraldín acudió la mañana de este jueves a la sede de la Fiscalía en Carabobo para denunciar la agresión. Estuvo acompañada de la abogada del Foro Penal Venezolano, Jenny Gutiérrez Gámez, quien explicó que el caso de Marvinia Jiménez, golpeada por una funcionaria de la Guardia del Pueblo en 2014, se mantiene en el mismo estatus. “Existe orden de aprehensión en contra de su agresora y no se ha ejecutado”. Mientras que José Manuel carrasco, detenido arbitrariamente durante las protestas de hace tres años, tuvo que irse del país ante la incesante persecución de la que era víctima.

Cartuchos de bombas lacrimógenas y perdigones lanzados por efectivos y funcionarios de seguridad. (Foto Dayrí Blanco)
Mariangel Navas, agredida en manifestación del pasado sábado 13 de mayo en la encrucijada de la autopista Valencia- Campo Carabobo.

En la Fiscalía también estuvo la diputada del Consejo Legislativo de la región por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Neidy Rosal, quien acompañó a Mariangel Navas, dirigente juvenil de Proyecto Venezuela, quien fue agredida con una bomba lacrimógena que impactó en su rostro el sábado 13 de mayo en la vía hacia Campo Carabobo. “Llama la atención la actuación brutal de cuerpos de seguridad hacia mujeres en manifestaciones. Solicitamos atención especial y que se tome en consideración la Ley de Protección a la Mujer y Derecho a Vivir en un País Libre de Violencia”. Navas tuvo que someterse a una cirugía reconstructiva y tiene la visión del ojo derecho comprometida.




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