Al ritmo de las canciones de la rapera latina Ana Tijoux, decenas de madres indocumentadas pintan en Austin (Texas) a «Poderosa», una obra que retrata a una inmigrante mexicana llegada a Estados Unidos hace 16 años para buscar un futuro mejor para sus dos hijos, que aparecen a su lado en la pintura.
Rosa, madre indocumentada y soltera de 37 años, sale en esta imagen junto a sus hijos Alex, que nació hace 18 años en México, y Carla, estadounidense de 13 años, en un retrato familiar que pretende mandar un mensaje de unión al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, y al presidente de la nación, Donald Trump.
«Sería muy doloroso que me deportaran, tanto para mí como para mis hijos», dijo en declaraciones a Efe la protagonista de la pintura, que pidió a las autoridades estatales y nacionales que no permitan que se separe a miles de familias en las cuales hay algún pariente indocumentado.
De hecho, según datos de la organización latina Jolt, con sede en Austin y organizadora de este evento, más de 2,8 millones de niños y niñas de Texas pueden verse afectados por la legislación estatal recientemente aprobada, que prohibirá las «ciudades santuario» y permitirá a las autoridades locales cuestionar el estatus migratorio de todas las personas detenidas.
La directora ejecutiva de este grupo proderechos civiles, Cristina Tzintzun, hija de indocumentados, denunció a Efe que esta ley «ataca de frente» a los 11 millones de latinos que residen en Texas, dado que no solo afectará a las personas sin documentación en regla, sino también a todos los que tengan apariencia física o acento distinto.
En la ley conocida como SB4, la iniciativa destinada a prohibir las denominadas «ciudades santuario”, Abbott ratificó una enmienda aprobada la semana pasada por la Cámara de Representantes, que permitirá a los agentes de policía cuestionar el estatus migratorio de las personas detenidas en Texas.
Según ese precepto, muy similar a una ley aprobada en Arizona en 2010, conocida popularmente como «enséñame los papeles», las autoridades policiales podrán preguntar el estatus migratorio de las personas que, por ejemplo, detengan por un asunto de tránsito.
«Esta norma está basada en el odio y en los perfiles raciales: ahora todos los que no parecemos de aquí estaremos sujetos a que invadan nuestra privacidad», recalcó Tzintzun, quien calificó a la SB4 como la legislación «más anti inmigrante aprobada jamás» en Estados Unidos.
Una de las voluntarias de la organización de este acto fue Alexandra López, estudiante de 18 años nacida en Austin, quien vive con sus tíos actualmente porque sus padres decidieron regresar a México debido a la situación que viven en Estados Unidos los indocumentados.
En el entorno cercano de López, incluyendo compañeros de clase, amigos y familiares, se vive una sensación de «pánico» a la deportación.
«Varios de mis compañeros han tenido que dejar de estudiar porque sus papás han sido deportados y todas las personas indocumentadas que conozco tienen miedo a ir a trabajar, conducir e, incluso, ir a buscar a sus hijos pequeños a la escuela», relató la joven.
Otra de las mujeres presentes en la elaboración de «Poderosa», es Gloria, una señora de 68 años sin papeles oriunda de México DF. Ella dice que no puede «ni moverse» dentro del estado sin pasar miedo y lamentó que los dirigentes de Texas sigan tratando de complicar el día a día de personas «trabajadoras y honestas».
Los organizadores de la creación de la obra realizada hoy tienen previsto llevar el próximo lunes a «Poderosa» a la mansión del gobernador estatal, en un acto en el que esperan que participen cientos de latinos, para mostrar su disconformidad con el trato recibido por los legisladores y senadores de Texas.
Jolt tiene previsto organizar numerosos actos de protesta y movilizar a la comunidad hispana en este estado sureño en los próximos cien días, antes de que la ley SB4 entre en vigor el 1° de septiembre, fecha estipulada por las reglas de la legislación texana.
