La maternidad es un periodo, un proceso que inicia con el cuidar a un ser pequeño e indefenso, del cual como madres tienen la misión de educarlos. Pero, qué sucede cuando sumergidas en esa dinámica de cuidado, amor, educación y protección se pierde en el espacio a la individualidad. ¿A qué me refiero?, pues que dejan de ser MUJER, sí mujer como un ser individual, único, que siente, que piensa y que necesita cubrir satisfacciones tanto personales como profesionales, donde existe una intimidad propia, esa que se genera mediante el encuentro “yo con Yo”.
Escucho expresiones como “desde que nació mi hijo ya no sé lo que es hablar con mis amigas”; “desde que la maternidad tocó mi puerta, ya solo tengo un solo peinado”, “mi hijo es el motor de mi vida el resto me vale”. Hay que diferenciar el amor y el cumplimiento de las responsabilidades que conllevan ser madre de la anulación de la vida como mujer y como individuo.
No está mal que un día programes una reunión con tus amigas y compartas experiencias y vivencias, porque así también liberas endorfina (hormona de la felicidad) lo cual te generará bienestar.
Ser madre y ser mujer son dos roles totalmente opuestos y cuando se vive en uno o en el otro no debe sentirse culpa por no dar el 100% en ambos. Traducido a términos más sencillos no debo sentirme mal porque un día programe un masaje relajante y le pedí a mi mamá que cuidase al bebe, o porque tan solo decidí tomar una ducha de una hora para relajarme.
Una vida que se vive queriendo ser la madre perfecta, no es una vida realmente vivida. Es que todo aquel que busca la perfección se pierde buscándola y lo único que encuentra es una profunda insatisfacción.
Por esta razón es importante mantener en equilibrio ambos roles, ¿Por qué? Pues, la idea es no caer en el sentimiento de insatisfacción, ya que solo se conecta con sentimientos negativos que pueden atraer conflictos dentro de la pareja y el sistema familiar además una mujer que siente que su vida solo se resume a teteros, pañales, visitas al pediatra es una mujer que ha desvanecido su imagen como individuo.
Sí bien es cierto que ser madre requiere de mucho tiempo y dedicación debe existir la forma en la que ambas mujeres convivan y sean felices. ¿Cómo? Solo tú eres capaz de saber cómo hacerlo. Pero inicia con esta pista: La organización. Y has consciente que has abandonado a tu individualidad, a tu propio espacio y has exteriorizado en demasía tu amor tanto que eres imperceptible y por eso tu única función de vida es cuidar de otro y ese otro quién es? Tu hijo.
Date la oportunidad de vivir y sentir la alegría y las oportunidades de la vida, desde el equilibrio donde ambas responsabilidades convergen. Ser madre, mujer, esposa, amiga, profesional, porque son muchos roles los que habitan dentro de un mismo ser, pero está en ti que cada uno de ellos se proyecten y no que se anulen entre sí.
