La localización de los testículos y su escroto (bolsa que contiene los testículos) fuera del cuerpo del hombre, permite que se mantengan 2 a 4°C por debajo de la temperatura media corporal, optimizando la formación y maduración de los espermatozoides (espermatogénesis). Esta conclusión se obtuvo después de analizar en diversos estudios a pacientes portadores de varicocele y de testículos que no han logrado descender a la bolsa escrotal (criptorquidia), los cuales presentan disminución de la producción de espermatozoides debido a la exposición prolongada a aumentos de temperatura.

¿Y de cuánto es la variación de temperatura tolerable para no afectar la fertilidad? En la Revista Fertility and Sterility en 1997, Wang y colaboradores determinaron que un aumento menor a 1°C es insuficiente para alterar la espermatogénesis. Sin embargo, una elevación entre 1 y 2,9°C es más consistente con daños en la fertilidad masculina, según diversos ensayos divulgados (Mieusset, 1985; Shafik, 1991)

Trabajando en casa… En el año 2005, la Revista Human Reproduction publicó un artículo que evaluaba el efecto térmico de las computadoras portátiles sobre el escroto, en vista que estos equipos pueden alcanzar temperaturas mayores a los 70°C, demostrando un aumento significativo de la temperatura escrotal de hasta 2,8°C en aquellas personas que trabajaban con la laptop cerca.

Exposición laboral al calor… Figa-Talamanca en 1992, promulgó un artículo en la Revista Reproductive Toxicology donde se compararon las características del semen de un grupo de trabajadores operadores de hornos de cerámicas versus trabajadores no expuestos a los hornos, y demostraron que a pesar de ser similares en concentración y forma de espermatozoides, estos últimos eran más lentos en los trabajadores expuestos.

Este mismo autor dio a conocer en 1996 un estudio de similares características, tomando como grupo de análisis a taxistas versus un grupo control, donde pone en evidencia que se observaban menos porcentaje espermatozoides normales en los taxistas, especialmente en aquellos de mayor experiencia.

¿Boxers o interiores? Aún no está claro si la elección de tu ropa interior puede afectar tu fertilidad, pero desde 1995, Parazzini y colaboradores (Revista International Journal of Andrology) analizaron el semen de pacientes infértiles encontrando mayor probabilidad de ocurrencia en los pacientes que escogían ropa interior y pantalones ajustados. Recientemente Mínguez-Alarcón y colaboradores (2018) difundieron en la Revista Human Reproduction un ensayo donde evaluaron las características del semen en los hombres que utilizan bóxers versus los que prefieren interiores. Los resultados fueron reconfortantes para los que les gusta estar cómodos: aquellos que prefieren usar bóxers presentaron 25% más de concentración, 17% más en el número total y 33% más de movilidad de sus espermatozoides.

Estas razones demuestran la importancia de mantener la temperatura natural de sus órganos reproductivos. Tratar de evitar la exposición a aumentos de temperatura y refrescar el área genital cuando sea posible serán de gran utilidad para evitar problemas futuros.




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