Hoy 11 de abril del 2016 se cumplen 14 años de los desafortunados
acontecimientos en el centro de Caracas,
donde lamentablemente cayeron muchos
inocentes, sin importar el bando, que llenaron de sangre nuestra capital por
parte de personas que, al sol de hoy, siguen en libertad, quizás riéndose de la justicia terrenal. Pero ellos
saben que no podrán ocultarse ni escapar de la Justicia Divina.

Miles de veces me he preguntado: ¿Qué hubiese pasado si hubiesen dado
con los verdaderos culpables de las muertes de ese día? ¿Ya estarían en la
calle ?. ¿La sentencia seria menor a la que hoy cae injustamente sobre mi? ¿O
quizás no tendrían problemas para salir beneficiados con la Ley de Amnistía?

Le sigo pidiendo a Dios por mucha vida y salud, en especial para mi
familia, para poder seguir aguantando este diluvio de adversidades, dolor y
sufrimiento en el día a día, que les impone mi cautiverio ante una justicia no
ciega, sino aberrantemente parcializada.

A mis hijos, quienes son mi mayor motor, Erasmo, Josep y Adriana, que Dios
Todopoderoso los siga protegiendo y los haga hombres y mujer de bien. Que no
guarden rencor ni odio en sus corazones y que confíen en que hay un gran Dios
que por una razón u otra ha permitido esto que nos ha enseñado mucho y que en
su momento nos dará la satisfacción de estar reunidos en nuestro hogar.

También quisiera hacer llegar mis mas humildes y sinceras palabras de
agradecimiento a la gran cantidad de personas, que no solo han estado
pendientes de mi, sino que de una u otra forma me han ayudado a saber
sobrellevar este calvario. 

Que ironías de la vida, fíjense bien. El Gobierno
dice que no soy un preso político y sin prueba alguna me sentenciaron a 30 años
injustamente. No soy un preso político, pero no me dan lo que me corresponde
por ley. No soy un preso político y la juez tiene que esperar instrucciones
para poder hacer cumplir la ley.

Pero en algo si tienen mucha razón: Yo no soy un político preso, soy un
preso de este malévolo sistema de justicia sin autonomía alguna, dominado por
la política.

Termino diciendo o quizás preguntándole a las personas que me tienen aun
encarcelado: ¿Por qué si la ley me condenó, y tanto que hablan de hacer cumplir
las leyes, desde el 2007 no me dan lo que por derecho constitucional merezco?
¡Desde ese año me corresponden las medidas alternativas al cumplimiento de la
pena!

Y una pregunta final que les dejo a las respetadas y sentidas familias,
víctimas de ese triste día. ¿Fue mas fácil haberme sentenciado a 30 anos de
prisión siendo inocente, todo para cumplir un capricho político y hacerles ver
que se hizo una supuesta justicia? ¿O haber sentenciado a los verdaderos
culpables, que quizás en la actualidad les miran a la cara sin vergüenza
alguna, sin una sola gota de moral, nada de conciencia y mucho menos algún
sentimiento ante su imborrable dolor, les habría dado una tranquilidad real,
legítima?

¡Dios tarda pero no Olvida!

Erasmo Bolívar

Exagente de la Policía Metropolitana

Preso de este régimen

 




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