El venezolano se caracteriza por tener un nivel de humor alto, por nuestra ubicación en el trópico y esa mezcla de orígenes que le imprimen un peculiar temperamento, que por más que le afecta no conseguir productos, las largas colas, asume las situaciones adversas con responsabilidad, respetando a la familia, a la pareja, y en este sentido el venezolano siempre se reinventa, bajo el tono humorístico, al son de una música con la que aligera la carga, expresó el presidente del colegio de psicólogo, Javier Chacón, durante una entrevista a propósito del Día Internacional del Humor, en el programa Por Tu Salud, que se transmite por El Carabobeño Radio, de lunes a viernes, de 11:30 a 12:30pm.

Comentó el sicólogo clínico, que  en otras naciones nos critican, porque se preguntan hasta donde soportan los venezolanos tantas calamidades y nos tildan de pasivos, pero resulta que no es así; «basta ver a casi todas las madres en los barrios como buscan alimentar a sus hijos y como los papás salen desde madrugadas a trabajar montados sobre camiones porque no hay camionetas. ¿No es eso algo positivo?, con ánimos de echar pa’lante, haciendo milagros con un sueldo mínimo y además de tener esa resiliencia para reírse y poner siempre una buena cara, ¿no es eso algo positivo?, al compás de la salsa, del tambor, de esa mezcla del blando, del negro y del indígena, una raza aunque extraña, fuerte y alegre, manifestó.

El humor, un mecanismo de afrontamiento

Desde el punto de vista del comportamiento psicológico del venezolano, manifestó Javier Chacón que nosotros hacemos de todo un chiste pero, ¿hasta dónde el hacer de todo un chiste es un problema o un mecanismo de afrontamiento de la realidad? El venezolano no niega su realidad, porque la estamos viviendo y es bien fuerte, pero una cosa es vivir la realidad y otra como la enfrentamos. Pero, en el Día del Humor, el venezolano es un símbolo de reconocer que está sumergido en un problema sicosocial, pero no lo lleva a un extremo de acabar consigo mismo o con el otro, como pudiera pasar en otras naciones, más bien se reinventa.

«Y es que el ambiente nos determina el comportamiento, porque mientras por ejemplo en un país como Argentina, que se adentra en el invierno, el ambiente se torna como gris, en nuestro país nuestro clima nos ayuda en mantenernos al ritmo tropical, aunque nos estemos comiendo una arepa sola».

Una autoestima golpeada

Pero, aunque reconoce que el humor está relacionado con la autoestima, por los momentos está bastante golpeada, sobre todo en los jóvenes que no encuentran alternativas, pero gracias al humor y a su temperamento pueda sobreponerse a la adversidad, y se apacigua ante la agresividad.

Sin embargo, tampoco podemos andar «haciendo un chiste de toda calamidad»; el exceso del humor nos puede llevar a no aceptar la problemática en que estamos inmersos, porque recordó que no todo el que llora es por tristeza ni el que ríe es por felicidad. Además, citó el especialista que este símil lo representa la figura del payaso, quién sabe detrás de esa gran sonrisa hay una gran pena escondida. «Ese pudiera ser el retrato de hoy del venezolano», reflexionó el psicólogo clínico.

Pero, así como nacemos con una «arepa bajo el brazo», también con una sonrisa, por lo que el presidente del Colegio de Psicologo de Carabobo invitó a rescatarla, seguir adelante, que cada uno de nosotros los venezolanos, no deje de creer en la familia, en las instituciones, y seguir sonriente, sin morir en el intento.

 




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