Luis Borrero
En horas de la tarde de este miércoles, los reclusos en el penal de Alayón iban a ser trasladados hasta El Rodeo II. Los familiares decidieron a impedir el traslado por los medios que fueran necesarios.
Con bolsas de basura y otros obstáculos, crearon barricadas en las calles perimetrales del penal. De ese modo intentaban evitar que el autobús del Ministerio de Asuntos Penitenciarios ingresara al centro de reclusión. Cuando el autobús llegó al portón lateral se produjo un enfrentamiento.
Los familiares se colocaron entre el autobús y el portón. En minutos, cuando el reloj marcaba las 6:00 pm aproximadamente, funcionarios policiales abrieron el portón y salieron para repeler con golpes a los familiares, quienes respondieron la agresión.
En medio de la turba, el fotoperiodista de esta casa editora, César Pérez, registraba los hechos. Los policías, al percatarse de su presencia fueron tras él. Lo persiguieron, acorralaron y entre al menos siete funcionarios lo sometieron. Pérez opuso la resistencia que pudo para salvaguardar el material, cuando el reloj marcaba 6:07 pm.
Ahorcado, arrastrado y golpeado, fue llevado dentro del centro penitenciario. Su cámara, valorada en varios miles de dólares quedó destruida, pues los funcionarios descargaron su furia contra el equipo. El trabajador, luego de intercambiar argumentos con los altos funcionarios de Poliaragua, fue dejado en libertad.
No hay garantías. El destrozo al equipo no fue asumido por el cuerpo policial. Pérez recibió lo que quedaba de su cámara. El material incómodo, que mostraba el enfrentamiento entre uniformados y familiares, fue borrado.
Un teléfono celular, principal herramienta del redactor que acompañaba a Pérez, también fue robado por un funcionario. Tras hacer la denuncia, el dispositivo fue devuelto, sin la grabación que mostraba el momento en el que agredieron al fotoperiodista.
Directivos del Colegio Nacional de Periodistas, seccional Aragua, y otros colegas de El Carabobeño, se acercaron hasta el lugar de las agresiones para constatar el estado de salud del equipo periodístico, quien hasta entonces tenía en exclusiva el traslado de los presos hasta el Rodeo II.
