(Foto Andrews Abreu)

Luis Alejandro Borrero || lborrero@el-carabobeno.com

La convocatoria era a las 9 am. Pero faltando 15 minutos para esa hora, ya la gente se empezaba a reunir. Ganas sobraban. El llamado era común: marchar pacíficamente hasta la Defensoría regional del Pueblo para exigir libertad de quienes por pensar distinto están tras las rejas. Y Carabobo cumplió.

Desde los parlantes de una camioneta el canto de Simón Díaz animaba una fiesta que comenzaría en paz. Banderas, en su mayoría de Venezuela, ondeaban sostenidas por las manos de quienes se reunían en la sede de El Carabobeño, en Naguanagua, punto de partida de la marcha convocada por Voluntad Popular y la sociedad civil. “Venezuela merece estar mejor”, se leía en muchas franelas.

Llegó gente de todas partes. A las 9:43 am estallaron los aplausos: un grupo de vecinos de Tazajal arribó al punto de concentración. La creatividad no se quedó en casa. Con cajas de cartón pintadas de negro y recortadas, simulaban la prisión en la que se encuentran Leopoldo López, Daniel Ceballos y unas 70 personas desde al menos un año y tres meses.

El sur también dijo presente. Vecinos de la Isabelica se bajaban de los autobuses llenos que se paraban en la avenida Universidad de Naguanagua. Eran las 10:10 am y se preparaban para empezar a caminar por las avenidas Universidad, Bolívar, cruzar al oeste en la calle Rojas Queipo y culminar en la avenida Andrés Eloy Blanco, frente a la sede regional de la Defensoría.

A las 10:34 am arrancó la marcha. Pitos y consignas acompañaban el sonido de las cornetas de las motos que se adelantaban para cuidar las intersecciones por las que pasaría el tumulto de personas. Al llegar a la redoma de Guaparo se unió otro grupo que allí esperaba. La multitud se agrandó.

En ocasiones el paso se detenía. Una de las paradas fue ante el Abasto Bicentenario de la avenida Bolívar. “No queremos seguir haciendo cola para alimentar a nuestros muchachos”, gritaba aguerrida Brenda Briceño desde un parlante. Minutos antes, frente al Círculo Militar y el fuerte Paramacay, vociferaban: No nos quitarán el derecho a protestar. Los efectivos, uniformados de antimotín y alineados en la puerta, solo escucharon y miraron pasar.

El respaldo de los manifestantes a los medios de comunicación, en especial a El Carabobeño que a pesar de estar a punto de quedarse sin papel sigue diciendo la verdad, fue unánime. Un masivo aplauso, pito y vuvuzelas acompañaron la manifestación de apoyo al Diario del Centro.

Muestras de apoyo se tradujeron en cornetazos rítmicos. Otros auparon desde la ventana de su casa, como los habitantes de Residencias Maggiore: más aplausos. Una pancarta enorme era sostenida por los principales dirigentes opositores de la región: “Libertad para los presos políticos”, era el mensaje.

Frente a la sede del Consejo Nacional Electoral, el candidato de la Unidad, Isaac Pérez, leyó un documento para exigir pronto y justos comicios parlamentarios. Este año debe haber elecciones, exhortó. “La determinación de una fecha es necesaria y legítima. Ello es inaplazable”.

El recorrido de seis kilómetros duró dos horas y dos minutos. A lo largo de la Avenida Bolívar, varios comercios estaban sin luz. A las 12:32 la marcha se aglutinó en la sede del órgano del Poder Ciudadano. Allí tomaron la palabra más dirigentes opositores, miembros de la sociedad civil y jóvenes.

Tiene que haber valentía en el Consejo Nacional Electoral. “Las democracias no se sostienen cuando hay gente en la cárcel por pensar diferente”, exclamó Deyalitza Aray. La diputada a la Asamblea Nacional dijo que seguirán luchando por cambiar esa realidad. “Venezuela no se merece el Gobierno que tiene”.

Pablo Aure, secretario de la Universidad de Carabobo, hizo un llamado a defender los espacios. “¡Qué cada quien luche desde su tierra, arriba Carabobo!”. Los ciudadanos se dieron cuenta que hay que defender lo suyo. Se dirigió a los policías que custodiaban: “¿Se dan cuenta que cuando no aparecen los asalariados del régimen todo transcurre en paz?”

La batalla continúa. Jesús Ganem, presidente regional de Copei, exclamó que ya basta de atropellos. Opinó que Carabobo tiene el coraje para seguir luchando. “Somos la mayoría la que quiere la salida de este Gobierno hambreador y corrupto”.

Aunque la Mesa de la Unidad Democrática se deslindó de la convocatoria, en Carabobo su secretario general salió a caminar. Rubén Pérez Silva fue elogiado por los dirigentes como un demócrata ejemplar. Le dijo en exclusiva a El Carabobeño: “Yo marcho como lo que soy: miembro de la sociedad civil, político y representante de la MUD”.

Salvatore Luchesse, coordinador regional de Voluntad Popular, reiteró que la marcha fue por una causa noble: Venezuela y los presos políticos”. La minoría del régimen totalitario se enfrenta a la gente en la calle. “Queremos elecciones justas, con supervisión internacional y que cese la represión”.

Un Campo De Concentración

La cárcel 26 de junio, donde desde hace ocho días está recluido Daniel Ceballos, tiene similitudes con un campo de concentración Nazi, describió Salvatore Luchesse, en un discurso desde la Defensoría. Pese a ello, el exalcalde de San Cristóbal está fuerte. “No voy a parar la huelga de hambre hasta que se libere el último preso político” fue el mensaje del tachirense a Luchesse.

Otro preso es Andrés León. Luego del diferimiento en 16 ocasiones de su audiencia y posterior pase a juicio, el estudiante de la Universidad de Carabobo encontró representación en su madre, Naileh Gerezano. Desde el parlante, dijo marchar por todos los hijosw de la democracia. Prometió no desmayar en la lucha por la libertad del suyo.




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