El año pasado se registraron 24.980 muertes violentas. (Foto Archivo/El Carabobeño)
Luis Carías Toscano || [email protected]
El año 2014 pasa a la historia como el de mayor violencia criminal, pues cada 21 minutos fue asesinado un venezolano, sumando un total de 68 homicidios diarios, en promedio, según cifras divulgadas por el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV).
El abogado penalista-criminólogo, Luis Izquiel, expresó que durante el año pasado se registraron 24.980 muertes violentas, lo cual supone un ascenso de 79 a 82 asesinatos por cada 100.000 habitantes con respecto a las cifras del año anterior, una data que sitúa a Venezuela sólo por detrás de Honduras en el ranking mundial.
En cambio, cuando se habla de la capital, Caracas es la urbe más violenta en el mundo al registrar 5.036 homicidios durante el año 2014, un promedio de 14 personas por día, la mayoría jóvenes varones de los sectores populares.
Además, todos los casos estuvieron signados por una impunidad, que se eleva al 90%. “Esa es la constante en Venezuela, producto de un sistema de justicia que se traduce en total impunidad”.
Cuando en diciembre pasado el OVV publicó su informe anual, señaló que el incremento en el número de víctima de la violencia indica que en Venezuela no existen controles del delito, a pesar de los importantes anuncios y planes desarrollados por las autoridades. “Hay una propensión general hacia la expansión del delito violento. Zonas antes seguras se han convertido en territorio de las bandas armadas que agreden y extorsionan”.
Según Izquiel, ello ha llevado a que se dispararan delitos como robos o hurtos en “lugares insólitos” como iglesias, playas o universidades. Además, el desabastecimiento de productos básicos también ha provocado el robo de baterías de carros o alimentos.
Policías en la mira
Izquiel expuso que 132 funcionarios policiales fueron asesinados en Caracas, mientras que en Carabobo se trató de 62 casos y en Aragua de 41, un total de 235 en sólo tres estados. “Con esta embestida del hampa muchos optan por abandonar los cuerpos policiales e ir a la actividad privada”.
Una revisión del informe permite dilucidar que en el país “fueron asesinados más de dos policías por semana” durante 2014, lo que produjo una desmoralización en sus integrantes. “Las personas no se sienten protegidas por las autoridades y perciben que no hay justicia ni castigo. Menos del 10% de la población confía en la capacidad del Gobierno para restaurar la seguridad”, añade el documento.