Monseñor Del Prette en la vigilia en la solemne vigilia. (Foto Ángel Chacón)

Alfredo Fermín

“En estos momentos, necesitamos la fuerza de la esperanza que nos haga superar abatimientos, tristezas, pena y dolor recordando siempre que Cristo venció a la muerte”.

La afirmación la hizo monseñor Reinaldo Del Prette, arzobispo de Valencia, en la solemne vigilia, que presidió la noche del sábado en la Catedral para celebrar la resurrección de Jesús, la más espléndida de las celebraciones católicas, considerada la solemnidad de las solemnidades. Concluye así la Semana Santa y se comienza el tiempo de pascua que dura 50 días.

La solemnidad se inició con la bendición del fuego con el cual fue encendido el Cirio Pascual que fue colocado en el altar mayor, mientras se encendían las luces del templo que luce regio por los trabajos de restauración que se han efectuado en su interior. El párroco Pedro De Freitas cantó el Pregón Pascual. Siguieron las lecturas ( liturgia de la palabra) de siete textos del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento y el canto del himno “Gloria a Dios en el cielo” mientras repicaban las campanas conmemorando así la resurrección.

Durante esta misa se bendice el agua para el bautismo y con ellas el sacerdote roció a los centenares de feligreses que llenaron el templo. El coro del Seminario Nuestra Señora del Socorro tuvo a su cargo el ministerio de la música.

En la homilía, monseñor Del Prette hizo una explicación del evangelio sobre la Resurrección destacando la presencia de las mujeres, que fueron a ungir el cadáver de Cristo, preocupadas porque no tenían quien les moviera la piedra, que tapaba la tumba, y se encontraron con un ángel que era el propio Jesús que les dijo: “no está aquí , ha resucitado”.

La resurrección de Cristo “es el triunfo de la vida, del amor y la esperanza en contra de todos los miedos y dolores que son sufrimientos que nos aplastan”.

El Arzobispo dijo que cuando Cristo mostró a las mujeres la tumba vacía estaba invitando a descubrir el camino de la vida porque la muerte, vencida por su resurrección, ya no tiene el límite y, en consecuencia tenemos que ser felices.

Monseñor Del Prette reiteró que, si Cristo no hubiese resucitado, sería poca la fe y la humanidad no tendría sentido. “Por eso, su mensaje siempre es el de la justicia, el amor, la paz para que haya optimismo de vivir porque la muerte ya no tiene dominio sobre nosotros”.




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