Luis Alejandro Borrero | @LABC7

lborrero@el-carabobeno.com

Se dibujó una sonrisa de medio lado en el rostro de la recepcionista. Tomó el documento y soltó un suspiro. “Él es muy difícil para atender. Tienes que estar pasando”. Se refería a su jefe: Adrián Ruiz, secretario de Infraestructura de la gobernación de Carabobo. La hoja con una solicitud de entrevista tenía un objetivo simple: preguntar ¿por qué hay tanto deterioro en las calles  si se había inaugurado una planta de asfalto con capacidad para rehabilitarlas?

Promesa clara: “Huecos cero”. Que Carabobo tuviera su propia materia prima para rellenar las cicatrices de la desidia que cubren sus calles, avenidas y autopistas. Incluso para remodelar las que eran solo tierra. Fue un compromiso del gobernador Francisco Ameliach cuando anunció la creación de la Planta de Asfalto de Carabobo, el 2 de septiembre de 2013.

Primera promesa luego desvanecida: estaría lista a finales de ese año. La compañía encargada de la construcción de la planta más grande de Venezuela era responsabilidad de  Vías y Asfalto Carabobo (Viasfca). Esta empresa pública es una creación del gobierno regional y depende de él, según el Registro Nacional de Contratistas (RNC).

¿PÚBLICO Y BAJO LLAVE?

El Carabobeño intentó acceder al expediente de Viasfca. Todo indica que reposa en el archivo del Registro Mercantil Segundo de Carabobo. Pero al llegar lo primero que dice un funcionario del Servicio Nacional de Registros y Notarías (Saren) es que el archivo ‘315-28086’ no está en los estantes donde debería. “Está en la oficina del registrador. No sé por qué está allí. Yo no tengo acceso a esa oficina. Pasa mañana”.

Al segundo día, el mismo funcionario y las mismas noticias. El documento de Viasfca sigue bajo llave en la oficina del registrador principal. “No es que me rehúse a mostrarte el documento. Estás en todo tu derecho de verlo. Si estuviera en el archivo no tendría problema, pero no sé por qué está en la oficina del jefe. Esa es una empresa de la gobernación”, contesta.

UN GIGANTE DESDE LA CARRETERA

Al lado del kilómetro 149 de la Autopista Regional del Centro, en Guacara, la Planta de Asfalto tendría una capacidad de procesar dos mil 400 toneladas diarias, según reseñó la Agencia Venezolana de Noticias citando al gobernador. Se hizo gracias a los convenios China-Venezuela. Las partes fueron importadas y compradas a la empresa “XCMG: Maquinaria de Construcción de Xuzhou” (constructora de la cuarta ciudad más grande de China). La inversión, según una declaración de Ameliach, era de dos millones de dólares aprobados por el Gobierno nacional y 90 millones de bolívares por cuenta de la gobernación.

Tapar huecos no es una competencia de los gobiernos regionales. Son las alcaldías las encargadas de hacer las contrataciones y reparar las depresiones ocasionadas por el tránsito. En las autopistas y troncales, la responsabilidad es del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Entonces ¿Por qué Ameliach quería construir una planta para cubrir competencias que no eran de él? “Estamos asumiendo responsabilidades de los alcaldes según las leyes y la Constitución. Sin embargo, este es un gobierno responsable. A nosotros lo que nos interesa es el pueblo y por su bienestar vamos a asfaltar barrio adentro”, dijo el mandatario.

La dirección de Viasfca es una cuestión de círculos de confianza de Ameliach. Cinco de sus funcionarios con más responsabilidades en el gabinete fueron elegidos para formar parte de la junta directiva. El presidente es Adrián Ruiz, quien también es secretario de infraestructura del gobierno de Carabobo. El primer director, Gustavo Pulido, es secretario de gobierno. José Villarroel fue secretario de infraestructura en 2012 y es segundo director de Viasfca. Domingo Hernández se juramentó en 2013 como presidente del Instituto de Viviendas de Carabobo (IVEC). Y Héctor Eloy Esqueda fue secretario del despacho de Ameliach y es cuarto director en la compañía. El 100% de las acciones de Viasfca pertenece a la gobernación, según el RNC.

CONFLICTO DE INTERESES

Mildred Rojas es estratega legal y coordinadora de denuncia de Transparencia Venezuela. La Organización No Gubernamental anticorrupción aclara que la constitución de la empresa de asfalto no es ilegal: el Estado puede crear compañías cuando vea que sus necesidades no son cubiertas por las privadas. “La designación de la junta directiva sí es cuestionable”.

En la legislación no se prohíbe que funcionarios tengan, además, cargos en una empresa pública. Pero sí genera un conflicto de intereses. Es como pagarse y darse el vuelto, ilustra. “Es contrario a cualquier política de un buen Gobierno”. Que cinco directores del despacho de Ameliach participen en la dirección de la asfaltadora no es ético, opina Rojas.

La empresa pública, en este caso Viasfca, es sometida a presiones que no son cónsonas con su fin comercial, sino a los del gobernador Ameliach. Esto fractura los principios del buen gobierno corporativo adoptado por países de Latinoamérica, explica. “La ley de Contrataciones Públicas dice que, cuando se adjudica una obra, la empresa beneficiaria debe ser la más adecuada ¿Cómo determinarlo cuando hay conflicto de intereses? Viasfca, por ser de la gobernación, está excluida de las modalidades de selección para las contrataciones. Eso dificulta su capacidad de ser auditada”.

LA OPACIDAD ES UN HUECO SIN TAPAR

La vialidad es un problema grave, reconoció Ameliach públicamente. “Aparece en todos los estudios de opinión”. Argumentó que las empresas privadas no vendían asfalto de noche y que eso causaba una gran molestia a los usuarios. “Esto nos va a permitir una capacidad de trabajo de 24 horas. Y los operativos serán de noche para causar la menor molestia a nuestro pueblo”.

Transcurrió el primer semestre de 2014. La planta de asfalto no estaba lista. La obra ya tenía seis meses de atraso respecto a la primera promesa del gobernador. No fue sino en octubre de ese año cuando hubo un nuevo pronunciamiento igual al de 2013. “La planta estará lista a finales de año”. Para octubre de 2014 el avance físico de la obra era de 83%. En esa inspección, el gobernador dijo que con una capacidad para procesar 316 mil toneladas anuales de asfalto, se podrían rehabilitar 230 kilómetros de vías: 63,88% de las carreteras de Carabobo.

El secretario de infraestructura dijo en julio de 2015 que de los 360 kilómetros en Carabobo, 60% requería mantenimiento. En apenas un año debieron desaparecer los  huecos, tomando en cuenta la promesa, hecha en 2013 por Ameliach, de dos mil 400 toneladas diarias que produciría la planta a partir de su inauguración.

En noviembre de 2014, la instalación tenía 95% de avance. Se tardó un año más de lo esperado en llegar a ese punto. Ameliach acotó que con el trabajo de la planta se podría hacer operativos las 24 horas, sin esperar por contratistas privados ni sus horarios. Según un boletín, en el primer trimestre de 2015 estaría en funcionamiento.

El 28 de enero, en su 23º edición del programa ‘Hablando de Poder’, Ameliach dijo que la planta estaría funcionando “muy pronto”. El 6 de febrero, en una transmisión enlazada con el presidente Nicolás Maduro, Adrián Ruiz finalmente inauguró la planta de asfalto. Desde entonces medios independientes no han tenido acceso a datos de su funcionamiento interno. Asoma la opacidad

Hay 164 mil toneladas de diferencia entre la capacidad anunciada por Ameliach en octubre de 2014 y en noviembre del mismo año. La primera vez dijo que anualmente se procesarían 316 mil toneladas, según un nota de prensa. Luego aumentó la cifra hasta 480 mil toneladas, 51,90% de crecimiento y un número que con creces alcanzaba para tapar todos los huecos de la región. Pero, operando los 211 días hábiles de 2015, se debieron producir 506 mil 400 toneladas de asfalto, según el estimado de dos mil 400 toneladas por día.

No se sabe si en efecto produce dos mil 400 toneladas de asfalto al día. Las vías carabobeñas ofrecen una versión. Adrián Ruiz no respondió la carta que solicitaba una entrevista para El Carabobeño, ni las llamadas realizadas con el mismo fin. La opacidad en Viasfca es un hueco sin tapar.




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