Ana Isabel Laguna | alaguna@el-carabobeno.com

En medio de la crítica situación de salud que agobia a todo el país, tanto en falta de equipamiento, personal médico y de medicamentos, que en paralelo se aproximan casi al 90% de déficit, como lo sostienen diversas organizaciones no gubernamentales, al gobierno nacional se le ocurrió como “medida” paliativa el sistema en línea 0-800SaludYa para responder a las solicitudes de los fármacos. ¿Habrá algún ciudadano que haya podido comunicarse y obtener alguna respuesta efectiva? 

DavorinSochoVavra: “Igualito a todos los números que siempre el gobierno ha colocado al alcance del ciudadano; solo está escrito pero repuesta no hay”.

Ada Vásquez: “Yo ayer, después de escuchar el número decidí llamar y eso ni siquiera cae, puro cuento”.

Mary S Herrera: “Eso no sirve… dos días llamando y nada”. 

Karleidy Sanchez: “Te dicen nuestros operadores están ocupados. A las 3 horas más o menos me atendieron…  nombre y apellido, ciudad, qué medicamentos requiere, número telefónico y en 24 horas le estaremos llamando… de aquí allá nos moriremos de hambre o enfermedad…“

Belkis Farfán: “Eso es mentira no han activado nada, además de ¿Dónde van a sacar los medicamentos?

Paola Granados Stuve: “Marcando más de media hora y nunca contestaron”

Zully Maribel Rosales: “Si llamé y busqué la dirección de la farmacia pero es pura mentira. No hay medicinas en Venezuela”

Gregoria López: “He llamado miles de veces y no contestan… necesito dilantin”. 

Anna Kalkanis: “repicó, repicó y repicó”

Ninguna de las respuestas obtenidas por la cuenta de Facebook de El Carabobeño fue positiva sobre la funcionabilidad del nuevo sistema de línea “0-800 SaludYa”. Hasta José Manuel Olivares, presidente de la Sub Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, en una entrevista para un canal de televisión, afirmó que es “una mentira más del gobierno. Tuve 4 días llamando y no me han atendido la primera vez”.

Esta última medida del Ejecutivo nacional es percibida como un “pañito caliente”, ante la “crisis humanitaria”–como ha sido llamada por diversas ONGs- que no solo afecta a los pacientes, sino hasta el que no está enfermo. Ya la Sub Comisión de Salud de la AN se reunió con miembros de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud para solicitardonación de medicamentos, así como la posibilidad de comprarlos en el fondo rotatorio, pero el Ejecutivo no aceptó la ayuda planteada.

La única opción que nos puso la OMS y la OPS es que el presidente Maduro aceptara o solicitara esta ayuda humanitaria. Significa que tenemos la posibilidad de tener medicina en nuestro país, pero lamentablemente el Ejecutivo antepone la política y decidió no aceptar los medicamentos”, agregó el diputado.

Las farmacéuticas han reportado que si el gobierno les pagara la deuda que mantiene con el sector (4,5 millardos de dólares), estarían en capacidad de abastecer al país entre 60 y 90 días. 

Pero aun con el dinero para reponer el inventario faltaría, al menos, 6 meses, estimó Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria (ONG dedicada a personas con VIH). “Estamos en un colapso multifactorial, que debilitó la atención en el sector público, donde acude 80% de los enfermos, al igual que al sector privado por la política del control cambiario”.

Esta organización perteneciente al movimiento “Coalición por el Derecho a la Salud y a la Vida” (conformada por diferentes ONGs del sector) se ha sumado al pronunciamiento nacional para luchar por una “ayuda humanitaria internacional”. Clamor que las estadísticas reflejan: 80% de la población acude a los hospitales públicos, los cuales operan con 70% de desabastecimiento en medicinas; en igual proporción de déficits para realizar diagnósticos, tratamientos y con menos del 60% de personal médico, el cual ha emigrado por los bajos sueldos y las condiciones precarias en que atienden a los pacientes, de acuerdo con el investigador y redactor del capítulo “Derecho a la Salud” del Informe Anual de Provea, Jo D Elía.

Según el activista, 90% de los insumos y repuestos de equipos se importa y entre  2013 y 2014 el Estado asignó  50% menos de divisas al sector salud. “Por lo tanto, no hay forma de abastecer el mercado”.

Un derecho de todos

La Salud es un derecho ciudadano Y la responsabilidad recae en el Estado. Pero, no se está aplicando ese derecho, establecido en la Constitución Nacional,sentencia el activista de DDHH, Jo D Elía. Lo más grave: el sistema sanitario está fragmentado.

“No hay mecanismo de comunicación entre los hospitales para trabajar de manera coordinada. El Ministerio de Salud tiene competencia y autoridad en unas áreas, mientras que otras corresponden al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Barrio Adentro, El Ipasme, alcaldías y gobernaciones, sin que exista interconexión y mancomunidad entre ellas. No hay una autoridad única que controle, canalice  y ponga orden, lo cual provoca entre otras cosas “ruleteo” de pacientes de un hospital a otro, derivándose alto porcentaje de muertes”.

No significa que deben estar centralizados, pero sí bajo la rectoría de un organismo tutelar”, aclaró el activista. Por ejemplo, la doctora Teresa Vanegas (jubilada del Hospital Carabobo), en un conversatorio efectuado en el colegio de médicos explicó que en los ciudadanos existe un total desconocimiento de sus derechos. Si en una farmacia de un IVSS no hay determinado fármaco, ese funcionario está en la obligación de llamar a otra farmacia del ente de otra región para ver si puede tenerlo y, si es que lo tienen, transmitírselo a ese paciente.

Tampoco se cuenta con una Ley Orgánica de Salud, como lo establece la Constitución. La que existe data de 1997, es preconstitucional. Las consecuencias: un Estado que no se rige por ningún marco jurídico. Un “colapso total”, expresó Reyna, quien recordó la jurisprudencia que lograron con las acciones del 2003 cuando realizaron marchas en exigencias por la escasez de retrovirales para los pacientes con VIH/Sida. Aquella vez, hubo una actuación distinta de la Defensoría del Pueblo y obtuvieron soluciones del Ministerio Popular para la Salud.

Hoy: la respuesta ha sido nula. CODEVIDA (agrupación de las diferentes Ong’s en pro de la salud de los venezolanos), insta al Gobierno tomar las medidas para que toda persona necesitada de atención en salud, ya sea exámenes de laboratorio, tratamientos y disponibilidad de servicios de salud pública, la reciba de manera oportuna.

Otro segundo factor: la violencia. “Cualquier persona que acuda con un caso de emergencia y se encuentra con estas barreras, reacciona con violencia porque está en juego su vida o la de su familiar”.

La Opacidad Oficial

Otra arista de la crisis sanitaria: el acceso a información pública en materia de salud no se garantiza, incluyendo las estadísticas epidemiológicas. Los últimas datos oficiales de mortalidad corresponden a 2012 y los de enfermedadesy muertes de notificación obligatoria a 2014. Estos últimos se divulgaron en febrero de 2016, despuésde haber suspendida su publicación por más de un año. 

Las estadísticas muestran un sostenido incremento de las muertes maternas y neonatales, de la mortalidad por cáncer, enfermedades del corazón, cerebrovasculares y asociadas al Sida, así como de los casos de malaria (más de 14 mil casos al mes de enero de este año) y dengue, por causa de un colapso sistémico de los programas y de la infraestructura sanitaria nacional, reporta el pronunciamiento de Codevida.

A esto se suma el  grave desabastecimiento de medicamentos, sobre todo, para enfermedades oncológicas. Aquellas personas con condiciones crónicas de salud física y mental, las embarazadas y niños recién nacidos, o quienes requieren de intervenciones de urgencia, las personas con VIH, las personas en zonas apartadas y en sectores urbanos de alta pobreza, las que se encuentran privadas de libertad, poblaciones indígenas y otras afectadas por epidemias producidas por vectores como también el chikunguya y sika, sufren innecesariamente las consecuencias, sin información y ni posibilidades de contar con soluciones en la brevedad requerida para salvaguardar su salud y su vida. 

El financiamiento, otro ángulo del iceberg. Infimo lo que se destina a los centros hospitalarios, según el activista Jo D Elía. Lo que hay es un financiamiento paralelo al programa “Barrio Adentro”, que por los resultados dados por el extinto Chávez, 50% de estos centros había desaparecido ya para 2012. “Aún así en los últimos años –desde su creación en 2003- lo destinado a este programa equivale a 10 años del presupuesto del sistema público de Salud”.     

¿Qué Es La Ayuda Humanitaria?

Está consagrada en el derecho internacional para casos de catástrofe, de guerra o simplemente  de incapacidad de un Estado para atender una crisis de extrema urgencia que amerita soluciones rápidas y eficaces, ante la incapacidad de un país de no contar con las herramientas ni posibilidades de solventar. El caso venezolano entra en este último renglón.  Sería un mecanismo idóneo para enfrentar esta extrema situación, con la provisión, distribución y control de insumos, reactivos y medicamentos, que garanticen distribuirlos con base en los principios de universalidad, igualdad y no discriminación. Incluye traída también de personal médico y asistencial. Y puede ser ofrecida por cualquier nación o solicitada por los ciudadanos, al igual por extranjeros residentes ante sus embajadas. El Estado está obligado en aceptarla, según D Elia. Aunque está establecido por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, que los gobiernos deben tomar medidas para proteger a los miembros de la sociedad, “hasta el máximo de los recursos de que se disponga”, incluyendo lo que la comunidad internacional tenga para contribuir. Organismos internacionales como el sistema de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Dirección de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea, estarían en capacidad para apoyar en la adecuación de estos mecanismos, e informados sobre la gravedad que padece la población.




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