(Gráfico: Dayrí Blanco)

Las contradicciones sobran. Los números que dan los voceros oficiales respecto a los casos de COVID-19 en Carabobo no cuadran entre sí y la incertidumbre crece tal como sucede con los contagios.

De acuerdo a cada uno de los anuncios que ha realizado la Comisión Presidencial para la Prevención, Atención y Control del Coronavirus, que depende del régimen de Nicolás Maduro, son 376 los casos confirmados hasta este domingo 9 de agosto, si se suman los que han informado en las 33 oportunidades que Carabobo ha estado en la lista que ellos difunden. Pero en su conteo global, la entidad aparece con 406 y se desconoce por completo los detalles de los 30 restantes.

Pero eso no es todo. Las contradicciones comenzaron el 10 de mayo. Era la tarde del Día de la Madre cuando Delcy Rodríguez anunció un caso de COVID-19 en Carabobo, luego de estar en cero durante los primeros 58 días de la pandemia en el país. Se trató de una funcionaria de la Policía Municipal de Los Guayos, residente de Carlos Arvelo, quien había llegado de Colombia recientemente. Rafael Lacava desestimó ese contagio y nunca apareció en el conteo nacional del mapa de la plataforma Patria.

Fue entonces el 19 de mayo, cuando el gobernador dijo que la región tenía un primer contagio comprobado y activo y detalló que era un hombre residente de Puerto Cabello pero que estaba en tratamiento en un CDI de Valencia. Fue un anuncio informal que hizo en una reunión en Capitolio, en una de las mesas de diálogo que él instaló con diferentes sectores, aún así, fue tomado en cuenta y apareció registrado en el mapa nacional que actualiza a diario el régimen, aunque desde Caracas no se mencionara.

Lo mismo pasó el 6 de junio, cuando Lacava informó, a través de un video publicado en sus cuentas de redes sociales la detección de seis casos, número que se sumó al anterior y en el sistema Patria se podía ver Carabobo con siete personas con COVID-19, pese a que ninguno de los voceros habituales de la Comisión para la Prevención, Atención y Control del Coronavirus lo anunciara.

Los números de Lacava

Después de eso todo cambió y ya los números del mapa no coincidían con el gobernador. Desde ese momento los registros comenzaron a apegarse a los informes que dan Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez o su hermano Jorge. Fue así como hubo incongruencias como la del 16 de junio, cuando Lacava dijo que había en total 34 casos, pero desde Caracas se mantenía la cifra de 19 hasta el 22, fecha en la que Jorge Rodríguez anunció que hasta la fecha eran 27.

Y no todo terminó ahí. El 28 de junio el mandatario regional aseguró que ya eran 58 los contagios y en la plataforma Patria aparecían 36. Y al día siguiente el gobernador siguió sumando hasta llegar a 81, pero Delcy Rodríguez dijo que eran 46.

Desde ese momento, Lacava no ha vuelto a dar más números de COVID-19. El silencio se ha impuesto durante las últimas ocho semanas, lo que ha incrementado la incertidumbre de los carabobeños, quienes se enfrentan a un crecimiento de los casos que ya coloca al estado en el lugar número 11 con más contagios del país.

Mes a mes

Julio fue un terrible mes para Carabobo. Registró un total de 257 casos confirmados y cinco fallecidos. Además, la última semana del mes ha sido la de mayor contagios hasta ahora con 124, y en 23 de sus 31 días se contabilizaron nuevos casos.

Al cierre de julio había un total de 303 personas con la enfermedad, sumando los 45 de junio y el único que se anunció en mayo, mientras que durante la primera semana de agosto hubo 63 casos, lo que la coloca en la segunda con mayor cantidad de carabobeños que fueron diagnosticados con COVID-19 desde que llegó la pandemia a la entidad.

De los casos por municipio no hay mayores datos porque no hay un registro oficial de los mismos. Solo se conocen de algunos reportes que dan de manera muy irregular algunos alcaldes, lo que aumenta la opacidad informativa en este sentido.

Incongruencias con los fallecidos

El domingo 9 de agosto Nicolás Maduro dijo que eran siete los fallecidos en la entidad por el nuevo coronavirus, pero de acuerdo a los reportes oficiales es de ocho. El primer caso fue el de una de 67 años, el 3 de julio, en el municipio Diego Ibarra, con enfermedades preexistentes, que tuvo contacto con un familiar que regresó desde Colombia.

El 9 de julio se anunció el segundo. Un hombre de 59 años quien residía en la parroquia Tocuyito del municipio Libertador. 17 días después falleció en Puerto Cabello un hombre de 53 años, y el 29 de julio ocurrió la segunda muerte en Libertador, asociada a un comerciante del Mercado Mayorista.

El 31 de julio, Maduro informó la muerte de una mujer de 77 años, quien se dedicaba a oficios del hogar en Juan José Mora y tuvo contacto con un paciente positivo procedente de Colombia. Tres días más tarde, sin dar detalles del municipio de residencia, se anunció el fallecimiento de un hombre de 59 años que habría entrado a Venezuela por una trocha. Y el 7 de agosto se detalló la muerte de un vicealmirante de la Armada, de 53 años, quien vivía en Puerto Cabello, y de un gerente de una farmacia, habitante de Naguanagua.

No se incluyen en estos registros oficiales la muerte del funcionario del Cicpc, detective jefe Orlando Polanco, de la subdelegación Las Acacias, que fue confirmada por el director nacional de ese cuerpo de seguridad, Douglas Rico, el 2 de agosto.

Se excluyen también a los tres doctores que, según la organización Médicos Unidos Venezuela, murieron tras tener síntomas claros de COVID-19, pero que aún se espera el resultado de sus PCR. Se trata del médico cirujano Henry Álvarez, quien falleció el viernes 31 de julio; la doctora Morela Martínez, cuyo deceso se conoció el jueves 6 de agosto; y el intensivista Patricio Torres, quien murió al día siguiente.

Es así como en Carabobo las contradicciones siguen siendo la norma en cada uno de los anuncios relacionados con la COVID-19. Los números siguen sin cuadrar, desde Caracas la Comisión Presidencial para la Prevención, Atención y Control del Coronavirus suele dar solo detalles vacíos, sin contexto ni datos que sirvan para la contención epidemiológica. Mientras tanto, la máxima autoridad de la entidad sigue en silencio, luego de ser el protagonista de muchas de las incongruencias.




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