Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
Dagnis Pérez y sus hijos aún recuerdan en detalle lo vivido el sábado 12 de agosto. No se les olvida. Ese día Julio García, presidente del Colegio de Enfermeros de Carabobo, fue detenido en un allanamiento ilegal en su casa. Ya ha pasado un mes y su compañeros del gremio realizan un ayuno para protestar por la aprehensión en una acción a la que se sumó el propio García desde su calabozo en Ramo Verde.
Desde las 8:00 a.m. un nutrido grupo de enfermeros, junto con familiares del dirigente gremial, se concentraron en la avenida Bolívar con Cedeño de Valencia. Ahí, con pancartas, globos blancos y consignas, le exigen al Gobierno la liberación de quién fue sacado a la fuerza de su casa en La Trigaleña, la mañana de aquel sábado mientas desayunaba con su esposa e hijos.
Dagnis Pérez lo ha podido ver. «Él está fuerte. Lleno de mucha fe». Para ella no ha sido fácil. Está embarazada y debe atender sola a sus dos hijos de 12 y dos años. «Nos separaron como familia, pero esperamos pronto estar juntos nuevamente». La mamá de García escuchaba y asentía sin poder parar de llorar.
El rechazo a la detención de García es contundente. «Lo inculparon por un hecho del que nada tuvo que ver. Él sólo es un luchador de los derechos del gremio y un enfermero dedicado a sus pacientes», aseguró David Torrealba, vicepresidente del Colegio de Enfermeros.
García envió una carta para agradecer a sus compañeros y familiares. «Estamos pasando por momentos muy difíciles pero esto será momentáneo. Sigan juntos luchando».
