El sociólogo alemán Karl Mannheim, en su obra «El problema de la juventud en la sociedad moderna» escribió: “Para la continuación de la vida de nuestra sociedad, el recuerdo social es exactamente tan necesario como el olvido o la irrupción de nuevos actos… una especie que viviera eternamente tendría que aprender a olvidarse de sí misma, y compensar la falta de nuevas generaciones”.

Con esto, el autor indicaba que la historia se reanimaba en la medida que el olvido, la memoria y los diversos grados de conciencia en torno los atavismos y a las tradiciones, se manifestaban mediados por la emergencia de nuevas generaciones jóvenes.

Y así lo constatamos con estos estudiantes de nuestra querida Universidad, la Universidad de Carabobo, que están haciendo su propia historia.

Estos jóvenes están unidos por una ardiente vinculación quizá imperceptible: la exigencia interior de hacer algo, y el impulso irreprimible a cumplir una misión que a menudo ellos mismos desconocen en su verdadera magnitud.

Hay quienes afirman que la historia se pasea por años sin cambio aparente; o con cambios gatopardeanos.

Suele ocurrir que las generaciones se sucedan sin mayor convulsión. Pero en un momento, la historia, empujada por sus verdaderos protagonistas, cambia de curso y se decide a tomar un nuevo rumbo y a crear un acervo nuevo de ideas y sentimientos que les permitirá ser dueños de su propio futuro. Estos jóvenes se encuentran en posición de retar a la perversidad del poder regional y nacional, no por pendencieros, sino porque se han desarrollado con un conocimiento que les da seguridad y voluntad.

Aunque tal vez no lo infieran, son una generación con un enorme potencial en su interior, pues pertenecen a una generación con valores, identidades e ideales distintos. Están preparados -o preparándose- para enfrentar los nuevos desafíos que se vislumbran en el horizonte…

Son aquellos «imprescindibles» de quienes nos hablara Bertolt Brecht, y así podemos comprobarlo, al encontrarnos con esos comprometidos estudiantes que asumiendo con coraje el reto titánico que les ha deparado este pedazo de nuestra historia, se aprestan a defender con tenacidad y talante democrático al último bastión de luz y libertad: su Universidad, la Universidad de Carabobo.




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