La hiperinflación se da cuando la inflación alcanza en un año 500%

Carmen Reinhart y Keneth Rogoff

Menos de un mes lleva en el país circulando una nueva expresión monetaria, denominada bolívar digital, el cual le eliminó de un plumazo seis ceros a la expresión monetaria anterior, todo en medio de una economía sin política monetaria, sin moneda no solo en sus cualidades monetarias, sino en su contexto institucional. No es de extrañar que esta decisión a todas luces inoficiosa y la cual no trascenderá de las esferas medianamente transaccionales, no suponga un proceso innegable de confusión en la colectividad, pues en esta economía de disparates, el fenómeno de la dolarización transaccional o el desplazamiento del bolívar por el dólar ha generado, además de inequidades, fricciones evidentes en los más elementales términos de intercambio.

Así no es de extrañar que ahora no tengamos idea como reconocer en cual moneda vienen expresados los precios y tarifas de los bienes y servicios, al pasar a tener un bolívar que “solo” vale cerca de la cuarta parte de un dólar, no sabemos sí se nos cobra en dólares o en bolívares, de esta nueva especie por demás casi extinta; la confusión afecta de manera asimétrica a la población de la tercera edad, esa a la cual el chavismo ofreció dignificar y ahora sume en la miseria al pagarle menos de dos dólares mensuales por su pensión, un calco traído de la isla prisión de los Castro, tiranía mentora de esta la nuestra. Los abuelos no saben si son dólares, bolívares, petros o fichas de las haciendas del siglo XIX; lo que si entienden es que sus vientres cada vez más vacíos y la pérdida de su masa muscular los convierten en cadáveres andantes.

Insisto en que el óbice de esta nuestra tragedia, no subyace en la mera presencia de la antigualla hiperinflacionaria, es técnicamente imposible hacer prognosis, seguir metodologías determinísticas y formales que intenten ocultar el derrotero, el cual se centraliza en la maldad como política de Estado, las tiranías buscan una neolengua que les genere confusión y les permita engañar, mientras el ciudadano de a pie divide entre un millón y hace redondeos, la praxis del financiamiento desde el BCV hacia PDVSA se sostiene y demuestra que su carácter es de índole referencial al gasto corriente, lo cual es un desaguisado y una violación a una constitución que dejó de ser ancla de algún sistema político, pues en este ex país no hay Estado.

Así pues la calidad de nuestro sistema económico depende de la calidad de nuestra realidad política, y Venezuela está absolutamente mutilada de instituciones, la crisispermanente permite sostener un estado de alarma y conmoción institucional, que en mucho juega con las excepciones al estado de derecho propuestas por Carl Schmitt, un estado de alarma para justificar la tropelía; los anuncios de la digitalización del sistema de transporte fueron y son eufemismos, efluvios, falsedades, un mero ejercicio de simulación. Los defenestrados siguen pagando el pasaje con los billetes del anterior cono, que se integraron para su ampliación, o en divisas, ya que nadie puede controlar la anarquía, y la hegemonía la sostiene, la promueve y la solivianta, pues son anti frágiles.

Indicar el tiempo de duración de esta moneda es una inutilidad, pues un total de más del 75% de las transacciones se hacen en dólares y quienes quedan fuera de esta dinámica son sencillamentedefenestrados a la miseria; la confusión impera, los saldos son dados en escandalosas cifras en bolívares y dólares, los segundos con el agravante de la distorsión pivotada en la sobrevaluación del tipo de cambio; los salarios de facto desaparecieron tanto en la administración pública como en la privada, en esta última se bonifican con moneda dura o con su equivalente en la nueva expresión nacional, en el sector público se remunera con bolívares sin valor, con productos de consumo masivo o simplemente en especies como mazorcas de maíz, una neo esclavitud, como así lo refiriese un insultante audio de un componente de la aviación, en el cual se les pedía al personal de la tropa y demás trabajadores bolsas o cajas para entregarles media docena de mazorcas de maíz; un verdadero insulto a la productividad laboral y alas condiciones decentes y mínimas del trabajo.

Esta confusión es un logro de la neolengua, así confundidos sobreviviendo, no pugnaremos por la libertad y el progreso, solo nos mantendremos en el estadio de la sobrevivencia a la espera de algún milagro; los pronósticos para finales de este año son terribles y para nada halagüeños, nos espera una inflación de 2700% y un ajuste del 1,2% de crecimiento para 2022, lo cual es una estabilidad en el foso, la hiperinflación se mantendrá hasta tanto se persista en la financiación de un déficit fiscal de 10% del PIB, que está contraído en 80%, somos tierra arrasada.

Finalmente, esta nueva expresión es confusa, cual torre de Babel, Venezuela toda parece estar inscrita en los predios de esta bíblica edificación, cada cual su lengua, cada cual su logo y la confusión imperando, en lo único en donde no hay cabida a la duda es en nuestra inmensa pobreza y sideral fracaso.

The economy, stupid”

      James Carville

 




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