El régimen chavista sigue con su estrategia de sembrar el terror entre los ciudadanos. El viejo truco de maltratar –o asesinar, si es el caso- a uno para asustar a miles le tocó en esta oportunidad al periodista Ronald Carreño, detenido por unas acusaciones que no se cree nadie y lanzado a una mazmorra en el Helicoide o en cualquiera de los sitios de secuestro que tiene la dictadura a lo largo y ancho del territorio. A Carreño lo acusan de traficar armas de guerra, financiar al terrorismo y quién sabe qué otra olla. Los que conocen personalmente a Carreño –y aun los que no, como quien suscribe- no pueden siquiera imaginárselo con un arma larga en las manos y mucho menos como líder terrorista. Pero así es la situación en esta difunta república; ya el fiscal general, como buen sabueso leal a la sargentada, le imputó los cargos y ahora vendrá el viacrucis del que cae en manos de la mafia que maneja el poder en Venezuela.

Una explicación para el secuestro de Carreño es que sea una retaliación al partido Voluntad Popular por la fuga de Leopoldo López, desaparecido de la embajada del Reino de España en Caracas y aparecido dos días más tarde en Madrid. Nadie ha dado detalles sobre la fuga ni se ha revelado ninguna ruta de escape, más allá de que aparentemente fue a través de Colombia. Inclusive hay quienes hablan de negociaciones entre el Reino y la dictadura para la liberación de López, y afirman que a Carreño lo tomaron como chivo expiatorio para ocultar el acuerdo, pero suena conspiranoide y un poco pegado con alfileres, sobre todo después de que España dijera que no tendría embajador de relevo en Venezuela sino solo un encargado de negocios. Conociendo las mañas de los rojos, lo que parece más probable es la hipótesis de la venganza contra VP y la continuidad de las arbitrariedades y acciones “por mis pistolas” que comete el régimen cuando le da la gana.

Otro despacho noticioso reporta la explosión de una planta de destilación de vacío en la refinería de Amuay. Maduro habla de un ataque terrorista con un arma poderosa y dice que detrás del ataque está la Unión Europea y por supuesto el malvado Imperio del Norte. Nada más absurdo que el cuento del arma poderosa y el terrorismo: con la inutilidad de la gestión chavista en lo que sea, ni las armas poderosas ni el terrorismo son necesarios para destruir los bienes públicos. El régimen no necesita ayuda de nadie para echar abajo refinerías, plantas eléctricas, puentes, represas y lo que le pongan a su cargo. Lo que sí hay es una nueva excusa para justificar la escasez de gasolina culpando a otro y metiendo cuentos de sabotaje.

También se entera uno de que la almiranta gobernadora del estado Lara, Carmen Meléndez, será la nueva ministra de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, en sustitución de Néstor Reverol, quien ha sido designado ministro de Energía Eléctrica. O sea, que uno de los máximos represores del chavismo va a quedar encargado de asegurarle el suministro de luz a 28 millones de venezolanos; una hazaña que no ha logrado  ninguno de los ministros de la dictadura desde hace más de una década. Seguirán los apagones –o se pondrán peores, porque en chavismo siempre se va a peor- y que el Altísimo se apiade de Venezuela.

Las últimas noticias que leo son, por una parte, que se está armando una transición negociada para un gobierno que le daría salida a la crisis y que incluiría a gente del chavismo (si; de ese chavismo que secuestra inocentes y explota refinerías) y de la oposición. Por la otra, se anuncia la juramentación de varios comités organizadores de la consulta popular que está montando el gobierno interino para una fecha próxima. Hasta aquí llego, y que alguien me explique.




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