De acuerdo con las historias de diversas mamás sobre lo les gusta a los niños, la demanda más solicitada fue pasta con tomate, seguida muy de cerca por las salchichas, patatas fritas, hamburguesas o pizzas.

No sorprende demasiado, porque más o menos todos los padres sabemos que estos platos u otros semejantes, gozan de gran éxito entre los pequeños. Desde luego no esperaba que me dijeran: alcachofas con jamón, pescado al horno o ensalada de legumbres, aunque también consigamos que se las coman. Parece claro que muchos niños se decantan ante todo por alimentos que les sacien rápidamente, con gran aporte energético, fáciles de comer (sin residuos del tipo espinas, pepitas o pellejos) y aderezados con salsas o tomate.

Los gustos culinarios de los niños

A veces pienso que si les dejáramos tomar las riendas de su alimentación, habría algunos que acabarían famélicos porque no se sentarían a comer. Otros, por el contrario, obesos porque comerían lo primero que pillasen.

Sería muy instructivo poner a prueba a nuestros hijos para conocer qué alimentos escogerían si ellos fueran solitos al supermercado. Quizás entre las galletas, dulces, chocolates, zumos, nos encontráramos con algún plátano o yogur, simplemente porque son fáciles de comer, no porque sean más o menos nutritivos.

Sería un absoluto desastre que los padres no tomáramos la iniciativa de proporcionar a nuestros hijos una dieta equilibrada, pese a que nuestro hijo tenga otras apetencias y a que el mercado disponga de numerosísimos productos poco saludables. Aunque nuestro niño no coma bien, no debemos ceder a proporcionarles sólo aquello que les gusta, porque ellos todavía no tienen el criterio necesario para alimentarse correctamente.

Muchas veces, los niños tienden a pensar que lo que comen está ya elaborado, que no pasa por las hábiles manos del cocinero de la casa. Son muchos que cuando tienen hambre, no tienen paciencia para esperar a que lo cocinemos, quieren comer al instante, así que buscan por la casa algún trozo de galleta para saciarse.

Por eso, creo que una buena educación alimentaria pasa porque nuestros hijos aprendan a realizar una buena selección de alimentos, viniendo a elegirlos con nosotros y a ver a papá o mamá preparar la comida e incluso darles el encargo de ayudantes de cocina para participen de preparar las comidas familiares. El hábito de una buena y variada alimentación lleva su tiempo aprenderlo y debemos poner todos los medios para que nuestros hijos lo adquieran. La alimentación es parte fundamental de nuestra educación. (www.guiainfantil.com)




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