La inflación es esencialmente antidemocrática.

                 Ludwig Von Mises.

La economía como disciplina científica tiene axiomas incontrovertibles que deben ser respetados a los fines de lograr los objetivos propuestos, a saber, estabilidad desde el punto de vista de la macroeconomía aplicada y especialmente en la órbita monetaria, al no acatarse el respeto a la coordinación y la coherencia correlativa de los objetivos de la Política Monetaria se puede devenir en hiperinflación y destrucción de la estructura general de precios. Al parecer para el régimen de Maduro no fueron suficientes los cuarenta y siete meses de hiperinflación y las amenazas de rebrotes de alta inflación para tomarse en serio el respeto por la política monetaria, haciendo alguna acción más evidente que la mera simulación de operaciones de mercado abierto tardías o descontextualizadas de los lapsos temporales y por ende dar cuenta sin remilgo alguno, que el propio gobierno es responsable de la intoxicación de liquidez que culminó con la antigualla de la hiperinflación en un país petrolero.

Hemos visto como aún se sostiene un elevado encaje legal o política de reservas, que técnicamente deja inmovilizada a la banca en términos de otorgar créditos y es una verdad de Perogrullo que una economía sin acceso al crédito se encuentra condenada al fracaso, a la miniaturización de su capacidad de crecimiento y en ciernes imposibilita la idea de una recuperación sostenible, el índice de cartera de crédito  es de 13,8%, es decir en promedio la banca presta catorce bolívares de cada cien bolívares en el sistema y debe inmovilizar 73 bolívares por cada cien bolívares en el stock monetario para la cartera de créditos, aunado a esto se encuentra la política de intervención cambiaria a través de las mesas de dinero, el Banco Central de Venezuela interviene en promedio con 83 millones de dólares a la semana, consolidando más de 1.800 millones de dólares, para sostener el tipo de cambio sobrevalorado, así el Banco Central debe de aceptar más inflación y justamente eso es lo que está ocurriendo, el monto intermensual de crecimiento  de la inflación en mayo es el más alto en el cuatrimestre de acuerdo a las dos mediciones tanto la del OVF como la del BCV, insisto  es baladí indicar que organismo tiene la razón, en cuanto al guarismo de inflación la certeza es que el desvió inflacionario presenta alarmantes señales de un rebrote.

La política de intervención del BCV es absolutamente artificial, costosa e ineficiente, pero se sostiene en función al aumento de precios  petroleros a causa del conflicto en Europa Oriental, esa externalidad positiva incide de manera evidente en el rango de obtención de reservas operativas, pero la contracción en la capacidad de producción vislumbra una función de ingreso nacional absolutamente endeble, el nivel de inyección para mantener flotando el tipo de cambio en la barrera de los cinco  bolívares le costaría al ente emisor una cantidad de cuatro mil millones de dólares, por ello es que  sabiendas de la externalidad positiva del ajuste de precios del petróleo, el gobierno se permite dejar deslizar el tipo de cambio aceptando como disyuntiva más inflación, un intercambio que terminan pagando los agentes económicos quienes perciben renta fija.

Ante este escenario en la entrega anterior manifestaba que la liquidez monetaria ya no es la única causa del rebrote de inflación, pero sus efectos siguen siendo correlativamente positivos en torno al crecimiento de los precios, la indisciplina y absoluta falta de independencia y autonomía del Banco Central quedan expuestas al advertir que a la fecha, revisando el comportamiento de la masa monetaria cuyos datos están actualizados hasta el 27 del mes de mayo, el volumen de financiamiento desde el BCV para Petróleos de Venezuela es de veintitrés veces la capacidad monopólica de producción de masa monetaria y de 2,3 veces superior al saldo abultado artificialmente de reservas internacionales, a las cuales no se le adicionan los más de cinco mil millones de dólares para atender la emergencia sanitaria de la COVID, por presentar atrasos evidentes en los cálculos consolidados de las cuentas de la nación.

Así pues se incurre en la práctica inoficiosa de seguir financiando gasto deficitario, con emisión de dinero virtual, se apela a la recuperación de una demanda ficticia de bolívares y no se imprimen billetes y menos se acuñan monedas, no hay emisión primaria y la emisión secundaria es virtual, un valor incorporado al stock monetario y movilizado a través de cuentas a la vista y operaciones de pagos virtuales, quedando entonces la emisión terciaria como fuerza que auspicia el repunte de una inflación de 167% anualizada, la más alta del planeta, se pretende primitivamente hacer retroceder la dolarización gravando las transacciones en divisas y eso es además de imposible, torpe y solo suma costos a la cadena de costes de las empresas, se termina pagando un impuesto regresivo e inflacionario.

En síntesis la fatal arrogancia del régimen estalla en su cara con una inmensa inflación agravada por el hecho de proseguir con el financiamiento a la estatal petrolera, en medio de un ciclo de altos precios, una verdadera antinomia en materia económica es decir en un ciclo de altos precios del petróleo de una economía petrolera se fomenta el financiamiento a la empresa productora de petróleos, una demostración más que evidente que se adolece de la más elemental sensatez económica y de lógica elemental.

La improvisación es la máxima del régimen y revirtieron la hiperinflación lanzando al país a la inopia y la miseria, no nos hemos arreglado y esto hay que repetirlo y el rebote de auge es insostenible y de lograr estabilidad temporal se requerirían más de 17 años para volver a las cifras de 2013, el socialismo es incompatible  con el cálculo económico, eso es un axioma de la escuela austriaca de Von Mises, obviamente el socialismo del siglo XXI, no es la excepción es por el contrario la confirmación de la regla.

El culto del Estado es el culto de la fuerza. No hay amenaza más peligrosa para la civilización que un gobierno de incompetentes, corruptos u hombres viles. Los peores males que la humanidad haya tenido que soportar fueron infligidos por los malos gobiernos”.

 Ludwing Von Mises.




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