Precios en dólares de carnes y hortalizas
Fotografía: Tairy Gamboa

Alberto Torres Márquez/Crónica Uno

La sola idea de que, tras cuatro años de dolarización de facto, Miguel* tuviera que reducir los precios de los productos en su local del mercado municipal de Quinta Crespo, parecía descabellada.

El auge del uso de las divisas como referencia para fijar precios le había permitido mejorar su flujo de caja, hacer frente a la depreciación del bolívar —que solo en el último año perdió 51 % de su valor— y a una inflación que se acercó a 200 % anual, manteniéndose como la más elevada del mundo.

Pero así como cayó el valor de la moneda, lo hicieron también los ingresos de la población, algo que Miguel empezó a notar a principios de 2023.

«Ya en febrero y marzo empezamos a comprar menos mercancía porque no se vendía y, al tiempo, los proveedores comenzaron a bajar los precios para vendernos en mayor cantidad”, recuerda.

Aparente freno a la inflación en dólares

De acuerdo con datos recabados por Crónica.Uno, entre enero de 2023 y enero de este año, los precios en dólares de rubros como hortalizas y carnes rojas y blancas cayeron entre 7 % y 33 %. Entre las causas, aseguran los comerciantes, se encuentran factores estacionales, pero también de competencia, reducción de costos y caída del consumo.

Para el economista y profesor universitario, Daniel Cadenas, la desaceleración de los precios en dólares del último año tiene como causa fundamental la caída de las ventas por una “brutal recesión por demanda insuficiente” en la que “hay bienes y servicios que se producen, pero no se venden”.

“Para tratar de recuperar las alicaídas ventas, los productores o comerciantes —dependiendo de en qué punto de la cadena te encuentres— se ven forzados a bajar los precios. Esa es la razón subyacente, la razón de fondo de esa desaceleración. No es que no están incrementándose los precios en dólares, pero sí ha habido una menor velocidad de cambio en los precios, e incluso retrocesos en algunos ítems”, señala.

Pero mientras las carnes y las hortalizas se desaceleraron o disminuyeron, otros rubros no dejaron de aumentar, como fue el caso de algunas frutas, la mayoría de los quesos y las verduras; y víveres como el azúcar. Según cálculos de Cedice, el costo de vida aumentó 11 % en 2023 y la cesta básica para tres personas llegó a $554 en diciembre, casi 50 dólares más que a finales de 2022.

Sin la posibilidad de comprar más

En Venezuela, el ingreso promedio del sector privado —que emplea apenas a un tercio de la población— ronda los 200 dólares mensuales, mientras que en el público se espera que a partir de febrero llegue a tan solo $100, una vez se ejecute el aumento del “bono de guerra económica” anunciado por Nicolás Maduro el 15 de enero.

A todas luces, ambos montos no cubren ni la mitad del costo de la canasta alimentaria, que según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) llegó a $389 en diciembre pasado. Ello sin contar a pensionados y jubilados —que aún perciben entre $20 y $49 al mes— y trabajadores informales.

«La carne puede bajar uno o dos dólares, pero si al final mis ingresos siguen iguales, ¿cuánto puedo comprar? Si antes compraba un cuarto de carne, ahora compro 300 gramos, más nada”, dice Zaida, jubilada de la administración pública, consultada en el mercado de Quinta Crespo.

Mientras en bolívares el kilo de chocozuela aumentó 52 % (menos que la inflación anual), sus precios en dólares cayeron 7 %, de $7,1 a $6,6, “pero eso no afecta en nada”, dice un comerciante. En el local que atiende, pueden bajar los precios de algunos cortes hasta tres veces en el mismo mes “y ni así la gente compra como antes”.

La amenaza latente de cierres

Para Daniel Cadenas, quien es presidente de la consultora Oikos Research, la situación actual de caída en las ventas que obliga a reducir precios para competir en el mercado es “malísima para los negocios”, pues todas esas empresas y establecimientos comienzan el 2024 con márgenes reducidos y sin recursos para sostenerse.

“Como no hay crédito bancario, los negocios están sacando de su propio flujo de caja para cubrir sus gastos operativos, de capital e inversión. Como para pagar impuestos, salarios o servicios públicos necesitas sacar recursos del propio flujo de caja, tienes que bajar los precios”, reitera.

A juicio del economista Cadenas, la situación actual puede desembocar en un mayor cierre de negocios al no ver rentable mantener sus actividades si no logran obtener ganancias. Según estimaciones del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), las ventas del sector cayeron 5 % en 2023, cifra que incluso pudo ser mayor en uno que otro negocio en función de su rubro y ubicación geográfica.

Periodismo en Alianza

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