El incidente tuvo lugar el miércoles en el campo de tiro cubierto de Hino, en Gifu (centro), donde las Fuerzas Terrestres de Autodefensa estaban desarrollando unas prácticas cuando el recluta, de 18 años, abrió fuego contra sus instructores mientras esperaba su turno, según detalles publicados por la cadena pública NHK.
El joven efectuó cuatro disparos con un rifle automático que alcanzaron a tres sargentos, sus instructores. Dos de ellos, de 25 y 52 años, murieron y otro, también de 25 años, resultó herido grave.
El recluta había empezado su formación en abril en el cuartel de Moriyama, al que pertenecían todas las víctimas, y habría confesado a los investigadores policiales que disparó intencionalmente al instructor de mayor edad, que recibió dos de los balazos.
Antes de alcanzar a su objetivo en el pecho, el recluta alcanzó en el costado al otro fallecido, al que dijo que no tenía intención de matar, pero que se encontraba entre ambos y «estorbaba», según declaraciones recogidas por NHK. La tercera víctima resultó herida en la pierna izquierda.
Las autoridades están investigando los motivos detrás del suceso.
Al margen de la investigación policial en curso se llevará a cabo otra investigación por parte de la milicia para esclarecer las causas de lo ocurrido y se creará un comité de investigación para determinar si las prácticas se estaban realizando de forma adecuada y evitar recurrencias, según señaló el ejército.
El jefe de personal militar del ejército de tierra nipón, el general Yasunori Morishita, ordenó en la víspera el cese temporal de todas las prácticas de tiro a nivel nacional y que se revisen las medidas de seguridad vigentes en los recintos pertinentes.
Unos 70 reclutas y alrededor de 50 miembros de las fuerzas armadas terrestres en calidad de instructores participaron en las prácticas de tiro en las instalaciones de Hino, que se desarrollan llevando cascos de acero pero no chalecos antibalas. EFE
