Yo me fui para Guacara
a visitar mis amigos,
y estando ahí en su plaza
me quedé muy sorprendido
Hermoso templo colonial
el que tienen en Guacara,
imposible no admirar,
su belleza desbordada
Pero adentro está el detalle
que inspiró este relato,
el Cristo de las Violetas,
y un San Agustín muy grato
Ese buen San Agustín,
el que guía su patronato,
tiene historias relevantes
adornadas con milagros
Aunque hay quien describe
que fue la Virgen del Rosario,
su primera y gran patrona,
de estos valles agrarios
En una capilla humilde
San Agustín estaba,
paredes de bahareque
con techo de palma y paja
Eran los mil setecientos
de aquel año ochenta y uno,
cuando el obispo Martí,
le bendijo su futuro
San Agustín de Guacara,
así quedó registrado,
y el valle se fue vistiendo
con ese abrazo sagrado
También se cuenta que el santo
lo trajo un yaracuyano,
Berrio, le dona a Wallis,
aquel lienzo agustiniano
¡Imagen de gracia! Le llaman
pues no usaba vestimenta,
y vigilando estaba siempre
en el altar de la iglesia
La imagen estuvo un tiempo
con la familia Piñero,
con los Táriba Bernal,
y hoy de incierto paradero
En mil ochocientos doce
un terremoto inclemente,
destruyó toda la iglesia,
más no la fe de gente
El nuevo templo se eleva
al año cuarenta y cinco,
todavía hoy se conserva,
un majestuoso recinto
Se ensalza la fe cristiana,
se afianza la devoción,
San Agustín guacareño
se mete en el corazón
Luego la imagen más nueva
en Madrid la tallarían,
y fue don José Encina
el artista que lo haría
Llegó aquí por vez primera
en mil novecientos doce
para un veintiocho de agosto,
sembró su honra y su goce
Desde allí el sacerdote
que era Cesar Castellanos,
ruega a la feligresía,
que se avoquen al cuidado
Columba Bernal Santana
asume el bien sagrado,
y el arreglo de la imagen
lo cumplió por sesenta años
(Desde el 25 de Agosto de 1912 hasta el año 1968, que por enfermedad la
entregara, Muriendo esta dos años más tarde el 3 de Julio de 1970).
Hoy en día esa imagen
la cuida una cofradía,
los devotos, los amigos,
los clubes, y la alcaldía
También durante un buen tiempo
el santo uso una mitra,
que con amor fue bordado,
por unas monjas benditas
(Siervas del santísimo Sacramento de Valencia)
Manto con piedras preciosas
y seis ánforas de plata,
de Santa Mónica madre,
cenizas le acompañaban
Pero en forma misteriosa
todo eso se perdió,
y en el tiempo fue olvidado
porque nadie protestó
(Sería bueno crear una instancia que se encargue de investigar donde se encuentran tanto el lienzo, con esos objetos perdidos)
Pero ¿Quién fue ese prelado
qué se convirtió en santo?
Recordemos hoy su historia,
muy curiosa, y con encantos
En África había nacido
en Tagaste, Argelia actual,
Santa Mónica es su madre:
Fue un obispo muy cordial
Su patronazgo se basa
en “los que buscan a Dios”,
y San Agustín de Hipona,
la iglesia lo bautizó
Cada veintiocho de agosto
sus devotos lo acompañan,
cuando sale en procesión
alrededor de la plaza
Con repiques de campañas
devoción y algarabía
te llevan ahí tu anda
toda la feligresía
Otrora fiesta patronales
de muy bonitos recuerdos,
luego ferias más modernas.
¡Rescatarlas yo les ruego!
(Decir guacareños es decir San Agustinos.)
Pero también en Guacara
veneran con gran respeto,
al Cristo de las Violetas
y de él, también comento
Sobre este Cristo Violeta,
la historia que más se cuenta
habla de Vicente Wallis,
que su devoción cimenta
La imagen hizo traer
desde Génova, Italia,
mil ochocientos dieciocho,
y en un ébano se talla
Y en la casa de los Wallis
estuvo por un buen tiempo,
hasta que Alberto Wallis,
lo dona al templo del pueblo
Un primero de septiembre
mil novecientos veintiocho,
y hoy en su altar principal,
luce radiante y glorioso
Sus extremos adornados
con arabescos de plata,
en su punta superior
igual a hojas, punta de lanza
Dicen que el nombre le viene
fue por una descripción,
que hiciera Antonia Bolívar,
hermana del libertador
Ramo de flores violeta
dicen unos, que Bolívar,
obsequió a aquel santo cristo,
por el triunfo en Vigirima
Teoría sin fundamento
la batalla fue en el trece,
pero es en el dieciocho
cuando el cristo aquí aparece
Y don Oscar Guaramato
poeta de Barcelona,
de corazón guacareño
con redondillas le honra
“Mi Cristo de las Violetas
mi santo cristo bendito…
cristo del pobre y del rico
cristo patrón de poetas…”
También Andrés Eloy Blanco
con el cristo se inspiró,
cuando una obra de teatro,
en su honor, él escribió
(Verá usted: El Cristo tiene las manos, los pies y los labios como las violetas.
«Pues para mí se llama Cristo de las Violetas…»
Así que muchas bendiciones
pido desde esta banqueta,
al Padre San Agustín,
y al Cristo de la Violetas
Pero sepan que Guacara
tiene más que visitar,
su hermosa Plaza Bolívar,
y claro, te va a encantar
Esa Guacara vetusta
con sus cuentos y leyendas,
con su gente servicial,
y algo de ciudad moderna
Para un veinte de febrero
a Guacara la fundaron,
mil seiscientos veinticuatro,
el decreto lo firmaron
El General Diego Ibarra
en estas tierras nació,
primer Edecán sería
de nuestro Libertador
Un “lugar de garzas blancas”
dice Lisandro Alvarado,
otros que Guacara viene
del guerreo indio Guaicaro
Tal vez “Tesoro escondido”
dice otra definición,
todo de lengua aborigen
que vivió en esta región
Bueno, bueno mis amigos
anuncio mi retirada,
voy ahora a disfrutar
una rica quinchonchada
Don Pio Lara