En 1726 un sacerdote francés llamado Nicolás Gervasio Labrid es consagrado por el papa Benedicto XIII como Obispo “in pártibus” es decir: en territorio no cristiano, con la finalidad de predicar el Santo Evangelio en “tierra de infieles” y es destinado a la Occidental América.

Lo que se escribe en la prensa de la época (1731) es que el obispo Labrid traía el “Título de Orán” y también traía la Bula Pontificia para “Erigir misiones y predicar en tierras independientes de jurisdicción alguna”, sin embargo, hay otra versión de los hechos ofrecida por Fray Antonio Caulín en 1779 señalando que el sacerdote estando en Trinidad se hospeda en la casa del gobernador esperando las Bulas y permiso del rey Felipe V de España para continuar su objetivo y una tercera referencia del Diccionario Polar señala que el papa Benedicto XIII ignoró “La cesión hecha por el papa Alejandro IV a los Reyes Católicos de España” entonces el trabajo de Labrid al llegar a Guayana es considerado ilegal ya que son territorios ajenos, por lo tanto se ordena su arresto por parte del gobernador de Trinidad y Guayana, razón por la que el sacerdote se refugia con los indios ka’riñas (Caribes) en el rio Aquíre.

Nos enfocaremos en la información ofrecida por la referencia de la época: el periódico “Gazeta de México” señala que el Obispo Labrid al llegar a Guayana “Que es un Castillo pequeño con una corta población, como 60 leguas de la boca del Rio Orinoco á dentro” su objetivo de evangelización es impedido por el gobernador y vicario del lugar, la razón era que se “excedía los límites de las facultades de la Bula” la cual no había pasado por el Consejo de las Indias.

Mientras se esperaba la llegada del representante encargado de inspeccionar esta situación, en este caso correspondía al Obispo Pizarro (Obispo de Puerto Rico) “Cuya jurisdicción toca aquella población” el sacerdote Labrid decidió navegar río adentro unas doce leguas, es entonces cuando comienza a convivir con los indios, a predicar, haciéndoles obsequios, indudablemente supo ganarse la confianza de ellos, en agradecimiento permitieron su presencia.

Se escribe en el periódico de 1731 que el Obispo ordenaba a su secretario para que le ofreciera aguardiente en cantidades limitadas a los indios y el día que se rehusó a la exigencia de éstos, asesinaron al emisario, repitiendo el cruel hecho en contra de otras personas que acompañaban al prelado. “Luego vinieron al Señor Obispo, que hallaron hincado de rodillas esperando la muerte, que le dieron con mayor crueldad”. Evidentemente cuando llega el Obispo Pizarro a Guayana ya es demasiado tarde y no le queda más que levantar una cruz en el lugar de los hechos de aquel mes de “febrero de 1730”. (Algunas referencias indican que este hecho se dio en 1731 y otra en 1733)

Esa noche hubo un terremoto que terminó acabando con chozas y unas 400 personas, considerándose como una devastadora señal del cielo que castigó por el pecado cometido en contra del prelado y una multitud de voces de dolor, de desespero y de angustia provenían de los montes para después aparecer en el cielo “Un Cometa en forma de Cruz de color rojo, hacia el Septentrión, que duró algunos días, de cuyo movimiento, y demás circunstancias no se ha tenido noticia, solo si de la admiración que causó a aquellos infieles”.

En algunas referencias se le atribuye la responsabilidad de estas terribles muertes al Gobernador Arredondo, quien probablemente mandó a los indios a asesinar al prelado ya que sospechaba que el Obispo Labrid conspiraba en contra de los intereses de la corona de  España y favorecía completamente los intereses políticos de su natal Francia.

Algunos datos curiosos

En un grabado de 1778 se representa la muerte del Obispo Labrid dada por los indios Caribes a orilla del río «Aguirre». Cuarenta y nueve años después de este asesinato, Fray Antonio Caulín (1779) escribe en su libro: “se habían acabado las ropas y bujerías con que frecuentemente los regalaba” algunos de los objetos eran cuchillos, espejos, utensilios, etc… Los indios enojados y llenos de codicia entran a la habitación del obispo, asesinan al capellán y a otras personas más, el sacerdote Labrid estando de rodillas y aferrado a un crucifijo en las manos es cruelmente asesinado al golpe de las macanas, robando luego el ornamento y vasos sagrados y abandonando los cuerpos en el lugar.

En un mapa del año 1741 se señalan los territorios de las misiones de la Compañía de Jesús en el Nuevo Reino de Granada. Al detallarse bien se observa una cruz en el “rió Aquíre” señalando el lugar de muerte de algún misionero. Probablemente se refiere a la muerte de Labrid, que se dio en este lugar.




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