Compradores recorren los locales con las piezas dañas de sus vehículos. (Foto Andrews Abreu)
Dayrí Blanco
Con las manos cansadas y sucias, manchadas por la escasez, se encuentran de forma casual habitantes de diferentes zonas mientras caminan cargando piezas automotrices de todos los tamaños. Se les ve por distintas calles de la ciudad recorriendo casas de repuestos, al tiempo que sus vehículos pasan hasta un mes paralizados.
Los inventarios de los negocios que se dedican al ramo están en niveles históricos. Desde mediados de 2014 se agudizó la crisis. Los proveedores redujeron los despachos de forma dramática. Desde el 15 de diciembre no llega mercancía.
El 70% de los establecimientos se mantiene cerrado. No ha abierto tras el receso de fin de año. Algunos tienen avisos en sus santamarías que indican que están en inventario. Para Luis Mijares, propietario de uno de estos comercios, se trata de falta de inventario y no de que estén haciendo algún trabajo administrativo como usualmente se hace en esta época del año.