Hasta seis horas pasan en cola los consumidores. (Foto Andrews Abreu)

Dayrí Blanco

Un madrugonazo, seis horas de cola y 310 bolívares. Todo eso por leche en polvo, aceite y detergente. Desde las 3:15 a.m. estuvo Marlene Palma en las puertas de un supermercado de Naguanagua. Logró tener el número uno en su mano, pero aun así fue atendida a las 9:30 a.m., hora en la que en una tienda de cosméticos de la avenida Lara de Valencia alrededor de 200 personas se peleaban por entrar y poder comprar los artículos de higiene personal y aseo del hogar que estaban despachando.

Gabriel Hidalgo recibió el número 246. Fue uno de los 300 privilegiados que pudo adquirir el combo que incluía tres kilos de leche, dos litros de aceite y dos bolsas de 330 gramos de detergente. En la cola nadie se quejaba del precio, pero sí de la venta condicionada. Lorena Miranda solo quería adquirir leche, pero la compra individual no era permitida.

Pese a haber sido la primera clienta, Palma aseguró que el país requiere de cambios políticos y económicos urgentes, que permitan la libre compra con la variedad de marcas con la que se contaba años atrás.

Odisea para comprar

Con 38 semanas de gestación que no puede ocultar, María Calderón hizo cerca de dos horas de cola en un negocio de la avenida Lara para poder comprar detergente y suavizante para ropa. Mientras esperaba expresó que la gente se ha vuelto agresiva, por la cantidad de visitas en diferentes locales que se deben hacer para poder comprar lo necesario.

Según Calderón, en un día ha tenido que recorrer hasta cuatro establecimientos. “En uno consigo desodorante, en otro jabón, camino un poco más y hago otra cola y compro harina”. Pese a todo, no ha podido encontrar los pañales para el bebé que está por nacer.

Como una odisea calificó Diosleis Castillo esta situación. Ella vive en Trapichito, y llegó hasta la avenida Lara al enterarse de los productos en venta.

Una cuadra después, entre las avenidas Montes de Oca y Díaz Moreno, en un supermercado también había cola. En ese lugar, funcionarios de la Policía Municipal tuvieron que intervenir para evitar que los consumidores entraran en masa, como pretendían hacerlo. Ahí estaban ofertando diferentes productos de higiene.

En la acera de enfrente otra cola se dejaba ver. Los clientes esperaban para comprar un paquete de pañales de una única talla. “Mi hija usa grandes, pero solo hay medianos y son los que llevaré, porque no tengo más alternativa”, indicó Estela Romero.




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