El espectáculo cerró con la famosa pieza Caballo Viejo. (Foto Carlos Andrés Pérez)

Alfredo Fermín

Un homenaje, como el que le habría gustado recibir en vida a Simón Díaz, fue el celebrado anoche en el gran salón del hotel Hesperia con la participación de prominentes artistas nacionales bajo la dirección musical del flautista Huáscar Barradas.

El espectáculo, patrocinado por Egreamigos, la institución que preside María Luisa Maldonado, con el objetivo de concluir el aula magna de la Universidad de Carabobo, fue un derroche artístico en el que se demostraron las posibilidades que tiene la música venezolana de lograr el reconocimiento internacional por lo contemporáneo de sus ritmos.

Las dos horas que duró el espectáculo pasaron como un instante con magníficas actuaciones de Bettsimar Díaz, Beto Montenegro, Rolando Salazar, Rummy Olivo, Rafael “Pollo” Brito, Kiara, María Teresa Chacín y jóvenes promesas de la canción.

En un escenario iluminado con focos de colores, con dos pantallas gigantes a los lados, Huáscar Barradas y su banda dieron inicio al espectáculo interpretando un popurrí de piezas del querido Tío Simón que concluyó con Pajarillo para dar entrada a jóvenes cantantes regionales que ofrecieron piezas al estilo contemporáneo. Bettsimar Díaz, al dirigirse al público, antes de cantar, dijo que su padre Simón se habría emocionado de ver una sala tan llena, “hasta los tequeteques”, en un país que necesitamos construir.

En los entreactos, de este acto caracterizado por la elegancia de los asistentes y por la esmerada organización, Huáscar Barradas, con su virtuosismo y dominio escénico, interpretó con su flauta hermosos ritmos nacionales y luego en las pantallas fueron proyectadas interpretaciones y mensajes de artistas famosos entre ellos Joan Manuel Serrat y Oscar D’León.

Kiara, siempre joven, con estilo refinado, cantó al estilo de bolero Qué vale más, y luego, Rummy Olivo acentuó el tono festivo cantando La flor de Zaraza, motivando al público con su carisma para recibir aplausos que fueron también para un niño de siete años que toca las maracas con increíble maestría.

María Teresa Chacín, reina de la música venezolana desde los años 60, trajeada de blanco, interpretó con elegancia piezas memorables de su repertorio a las que siguió el espectáculo de Rafael “Pollo” Brito, quien trajeado como un galán de televisión, ofreció canciones de Simón Díaz con un estilo de artista de proyección internacional.

Una hermosa emoción se apoderó de la concurrencia cuando todos los artistas participaron en un fin de fiesta cantando y tocando, con diferentes estilos, la famosa pieza Caballo Viejo que recibió una fervorosa ovación de más de 1.200 personas presentes en la sala.




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