El pontífice recorrió los 5 kilómetros que dista la nunciatura apostólica. (Foto EFE)
EFE
El papa Francisco llegó al palacio presidencial de Manila para reunirse con el presidente filipino, Benigno Aquino, entre extraordinarias medidas de seguridad y una multitud de personas que se agolparon a los lados de la carretera para verle pasar.
Francisco llegó al palacio «Malacañán» con más de 20 minutos de retraso con respecto a la hora prevista, que era las 09.00 hora local (01.00 GMT), y fue saludado por el presidente Aquino, con un desfile de la guardia de honor y la interpretación de los respectivos himnos.
Como estaba previsto, el pontífice recorrió los 5 kilómetros que dista la nunciatura apostólica, donde se aloja en Manila, y la sede presidencial en un vehículo cerrado y no el papamóvil.
Esta circunstancia no desalentó a los filipinos que acudieron en masa a los bordes de la carretera, totalmente acordonada, para ver pasar al papa argentino.
El coche del pontífice viajó con una velocidad moderada para que Francisco, con el cristal de la ventanilla bajado, pudiera saludar desde el interior del vehículo a los fieles.
El trayecto se produjo bajo extraordinarias medidas de seguridad ya que, además de la carretera acordonada, junto al vehículo del pontífice argentino había al menos cuatro coches de la policía filipina con agentes de la seguridad vaticana, así como camiones y una ambulancia.
Las fuertes medidas de seguridad impidieron que hubiera contacto del papa con los cientos de miles de fieles apostados en la carretera.
En los jardines del palacio presidencial, construido en 1802 con el estilo colonial español típico de la isla, otros miles de fieles pudieron seguir la visita del papa.
