Los griegos sólo tienen una y la misma palabra, logos, para significar lenguaje y razón.”

Thomas Hobbes.

Este segundo semestre que se encuentra en curso, nos vislumbra un panorama en materia económica harto compleja, estamos suspendidos en la incertidumbre y al mismo tiempo, atados bajo el sufrimiento de la curva de aprendizaje que hemos aprendido y aprehendido, durante estos horridos nueve años de Maduro en el poder y con el poder, para destruir todo a su paso, cumpliendo a cabalidad el legado de su progenitor político.

Así seguimos atravesando por esta calamidad económica de carácter complejo, en medio de la incertidumbre y además con la única certeza de que lo único plausible de esta hegemonía en el poder en materia económica es el sostenimiento de esta pavorosa crisis económica y humana, una pesadilla orgánica culpable del éxodo de más de 8 millones de connacionales.

El Banco Central de Venezuela, esa mole de concreto que se erige en el centro de nuestra esquizoide ciudad capital, insiste en pretender ocultar el sol con un dedo y al mejor estilo de una distopia horrida de Orwell, manipula a discreción los datos de la inflación, repitiendo el mismo valor de junio, para el esquema intermensual, sin embargo la inflación acumulada sobrepasa los 120% y en términos humanos, bastaría con preguntarle a cualquier ciudadano ¿Sí su situación personal es percibida de mejor manera que el año pasado? Para que advirtamos como la siempre burbuja de desigualdad basada en una economía opaca explotó en la cara de quienes nos usurparon el derecho de vivir en paz.

Muchas las inquietudes, las incertidumbres y la angustia, el fantasma de la hiperinflación todavía retumba en nuestra memoria, el tipo de cambio absolutamente disparado, ya no obedece a los amarres de las intervenciones cambiarias, en esta primera quincena del mes de octubre el monto ofertado supera los 240 millones de dólares, un verdadero escándalo que deja seca a la banca para prestar, pues en la psique de quienes asesoran a Maduro, se debe de extirpar el crédito y asfixiar los ingresos, para el logro de una estabilidad ficticia.

El Banco Central de Venezuela, cumplirá nueve años sin publicar datos complementarios, sobre la conducta del Producto Interior Bruto, Balanza de Pagos, Endeudamiento, Déficit y sin rendir sus propios Estados Financieros, en tal sentido por más perfectos que pretendan ser los modelos econométricos, estos se convierten en pensamiento muerto, pues adolecen de cifras y las publicadas, parecen estar a cargo de Lewis Carrol.

Intentando buscar un justo medio, que nos aleje de la desesperanza, la receta parece subyacer en el concepto de la antifragilidad, buscar equilibrio en medio del caos, sobrevivir, esa es la premisa, intentando mantener las ideas claras ¡Vaya tarea compleja!, una suerte de Odiseo atado al mástil escuchando a las sirenas y al mismo tiempo navegando entre Escila y Caribdis.

Ninguna sociedad ha visto como la esperanza es diariamente pisoteada, encerrada en la implacable caja de Pandora, por demás cerrada a cal y canto, este patíbulo se explana de los limites económicos y nos hace volver la vista al hombre, al ser humano a la crisis existencial, en un entorno de deconstrucción óntica en el cual somos la nimiedad del totalitarismo, el reflejo lúdico e insoportable de una sociedad que dejó de existir.

Como corolario esta revolución perversa, nos entrega hoy al hombre nuevo devenido hombre enfermo u homo saucius, no hay confianza volvimos al estado natural de las cosas, una existencia brutal, efímera e insustancial, absolutamente violenta y primitiva, al grito frenético de la oclocracia ¡Chávez vive! Se le debe completar desde las sienes de quienes en verdad somos académicos sin manidas poses ¡Hobbes vive, la barbarie se impone!, no existen caminos fáciles para sortear este paso por la fangosa laguna Estigia, de este ex país, derruido a pedazos, en donde gobiernan caricaturas y frases de cartón, incapaces de soportar el peso de cualquier aguacero, que deje ver las fisuras de la mentira hecha política de Estado. 2q

@nanezc

@carlosnanezr




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