Los millones de venezolanos que ya se han ido del país en la emigración masiva del siglo XXI, ¿son emigrantes con pasaje de regreso o por el contrario ya no volverían a establecerse en su patria natal? Una pregunta que no tiene respuestas simples, en el sentido de un rotundo no o un rotundo sí. Por eso hay que tratar de responderla con cautela. Y al respecto, utilizaría la palabra “depende”…
¿Pero depende de qué? Considero que de lo siguiente: si Venezuela no cambia radicalmente para bien, no regresarían sino que se incrementarían los emigrantes, y no se aprecian límites en esta tendencia. Pero si Venezuela empezara a cambiar a fondo, en sentido afirmativo, una parte de los emigrantes podría regresar, y otra parte, me temo, no querría hacerlo o no lo haría, punto.

Los que no regresarían son los venezolanos que sólo conocieron al país del siglo XXI. Suponen, en general, que Venezuela es un caos sin remedio, y no confiarían en la durabilidad de un cambio. Esto no es una mera especulación. Para estas generaciones, nuestra nación carece de vitalidad y destino. No esta mal para visitarla un rato, digamos que para compartir con la familia y las amistades que permanecen, pero no como lugar en el que se pueda desplegar un proyecto de vida satisfactorio.

Obviamente, no todos pensarán lo mismo. Habrá innumerables excepciones. Pero la regla no varía. La experiencia que tienen de Venezuela es tan dramática y tan adversa, en lo que concierne a la posibilidad de un futuro digno, que sería sumamente difícil persuadirles de lo contrario. No afirmo que sea imposible, pero muy que muy difícil.

Los que tienen la memoria de un país distinto –no ideal, sino al menos normal–, sí podrían regresar. No para tratar de restaurar el pasado, lo cual también es imposible. Pero sí para trabajar en la construcción de un futuro diferente, que ellos estiman que se puede lograr. Todo lo cual significa que los más jóvenes pertenecen a la primera categoría de los que, en principio, no se plantearían seriamente regresar. Y los menos jóvenes, formarían parte del segundo contingente, de los que sí tendrían la disposición de retornar a Venezuela.

Todo ello, desde luego, establecería desafíos demográficos, económicos, laborales, políticos y socio-culturales de mucha importancia. Y todo ello, así mismo, sólo sería pertinente en el caso de que la hegemonía sea superada. Y mientras más rápido mejor.

flegana@gmail.com




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