El presidente de Francia, Emmanuel Macron, mantuvo hoy sendas reuniones telefónicas con el presidente de Irán, Hasan Rohaní, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en las que subrayó la necesidad de preservar la estabilidad en la región y de contribuir a rebajar la tensión existente.
Macron prosiguió con estas conversaciones la ronda de contactos de alto nivel mantenida en torno a la crisis abierta en el Líbano tras la dimisión el pasado 4 de noviembre desde Riad del primer ministro libanés, Saad Hariri, que acusó a Irán de injerir en los asuntos internos del Líbano y a Hizbulá de intentar dominar el país.
La actual crisis en ese país ha exacerbado la tensión entre Irán (chií) y Arabia Saudí (suní), que no mantienen relaciones diplomáticas desde enero de 2016.
El palacio presidencial del Elíseo destacó en un comunicado que Macron recordó la necesidad de preservar la estabilidad y la soberanía del Líbano y de apoyar la política libanesa de neutralidad de los conflictos regionales.
Macron defendió igualmente la importancia de que los países de la región trabajen colectivamente para reducir las tensiones.
El jefe del Estado añadió el compromiso de su país de cara a la aplicación del acuerdo nuclear iraní, y recalcó que los temas regionales y balísticos deben ser objeto de discusiones separadas e inscribirse en una dinámica constructiva.
El jefe de la diplomacia gala, Jean-Yves Le Drian, había afirmado la semana pasada en una rueda de prensa en Riad que Francia está inquieta por las intervenciones de Irán en las crisis regionales y esa tentación hegemónica.
En la conversación telefónica de hoy, según la presidencia iraní, Rohaní aseguró a Macron que Irán no busca dominar la región de Oriente Medio y que su presencia en Irak y Siria ha sido por invitación oficial de los gobiernos de esos países y para luchar contra el terrorismo.