Las voces de abajo

vidalitá

están casi mudas

pero los gendarmes

vidalitá

matan por las dudas

no saben en dónde

vidalitá

se enredó el enredo

por las dudas llevan

vidalitá

chalecos de miedo

dudan los dudosos

vidalitá

duda poca gente

dudan los esbirros

vidalitá

duda el presidente”

 

Vidalita Mario Benedetti. Vidalitá: canto melancólico de la región rioplatense.

El relato es el producto de la mente a través del lenguaje, así pues por medio del discurso se pueden construir cadenas de validación de una realidad y argumentar bajo el rigor del pensamiento la validez de la heteronomía, de allí es menester entonces poner el acento en el poder del habla para construir cadenas de causalidad creíbles, validas y aceptables, nada más peligroso que abandonar las formas del correcto uso del lenguaje, para calificar, relatar y describir, así como también para seleccionar, conjuntar e implicar causas y efectos, no en vano desde niños siempre hemos procurado la causa que subyace tras los efectos, pues esta mera herramienta vestigial del pensamiento permiten validar no en forma de certidumbre de la veracidad, sino en juicio que embride valor tautológico a ,los razonamientos las causas que generan efectos y entendiendo el verdadero poder del lenguaje apuntalar la verdad como pensamiento útil, válido y consolidador de la unidad de un espíritu limpio, de un alma preparada para vibrar en las escalas de la moralidad, las buenas formas y la consistencia en el pensamiento, pues no hay peor manifestación de pobreza espiritual que la incoherencia en los hechos de la vida, el cambio de opinión y de postura ante hechos propios de la ignominia nos coloca en la pocilga de los charcos del inconsciente, nos hace beber de la pócima de Circe y deshumanizarnos.

En este nuestro ex País, vuelto naufragio colectivo, balsa de la Medusa, vemos con asombro el acomodo de dos realidades, la coexistencia grosera de una dualidad incompatible con la dignidad, por un lado el relato de esa Venezuela de primera, que hace vida en la quinta república de los horrores y la fealdad y agobio de los olvidados, el relato de los sin poder y sin voz, aquellos que no tenemos dolientes, que estamos condenados al insilio, al ostracismo horrido de atrevernos a pensar distinto, los últimos que nos oponemos al relato único o aquellos quienes no tenemos precio y por ende nuestros intereses no obedecen al grotesco ajedrez crematístico, somos entonces los dueños del relato de las mayorías defenestradas, quienes huimos de las diez calorías diarias haciendo toda suerte de trabajos, aquellos que tenemos prohibido enfermarnos pues al hacerlo estaríamos condenados a la muerte, ya que en la Venezuela de quinta que nos toca ocupar se pasa de la camilla del Hospital público, verdadero templo del dolor a la paz de una funeraria para pobres, pagada con agobios o al velorio en el hogar al mejor estilo de los años cuarenta de un país rural.

La Venezuela de los estancieros y la vidurria oculta, se desliza a través de las redes sociales, en donde una verdadera fauna de influencers, youtubers y ahora avatar creados bajo inteligencia artificial, crean no la posverdad, fomentan y argumentan la mentira como política de estado, esto no es nuevo es ingenio para el mal, una herramienta que le habría permitido a Goebel, llevar la mentira a niveles siderales, así el régimen recrea periodistas ficticios engendros tecnológicos, para repetir sus mentiras, una serie del Caribe con ganancias increíbles, un evento para su élite que se acopla a la praxis de mentir y crear puestos de trabajo ficticio y cifras que de ser ciertas, se verían reflejadas no solo en las cuentas consolidadas de una nación sin datos, sino en la simple y rampante realidad cotidiana.

Los dos relatos coexisten en un país donde hay que devengar 16 dólares norteamericanos diarios, para comprar un kilo de pasta, seiscientos gramos de azúcar y una lata de sardinas, en el mejor de los casos hacerse de 500 gramos de alas de pollo, mollejas o vísceras eso que se denomina traste y que constituye la única fuente de proteínas de este escombro de país, somos el país de la deserción escolar, de las renuncias masivas de educadores y profesores universitarios condenados a percibir 20 dólares mensuales y absolutamente traicionados, burlados y humillados al indicarles que seguirán siendo esclavos, en condiciones laborales indecibles, pero en espacios académicos bonitos remozados bajo el lema de la misión “Escuela y Universidad bella”.

¿Existe utilidad en una infraestructura medianamente maquillada, reparada de manera azarosa y sin ninguna planificación? Cuando los docentes rompen en llanto ante el horror del hambre, de ese relato dan cuenta las líquidas redes sociales, el llanto de un educador jubilado cuya miseria le impide culminar un discurso entendible y ante la frustración causada por la misera es reducido a la precontractualidad del llanto pueril, he allí el legado de Chávez, he allí su crueldad infinita destruir a la educación y hacer de la vejez una condena a la miseria, en Venezuela los docentes estamos condenados al hambre y sí se llega a la vejez, entonces son objeto de un manejo desechable, el régimen es aporofóbico y además sufre de la discriminación por edadismo, pero bajo la consigna “ Escuela y Universidad bella”, se intenta morigerar esa connatural crueldad, entendamos que esa es la estética del chavismo, reparar lo mínimo, maquillar con pinturas solo los frontis de las edificaciones, sembrar una que otra planta y desde luego colocar los nuevos símbolos de su estética totalitaria y vulgar, infinitamente pobre las esfinges de super bigote, super Cilita y la fauna de aves y quirópteros que acompañan a los gobiernos locales del Estado Carabobo, esa es la estética del chavismo, así la aceptamos en medio del hambre, que hace crujir las vísceras, en medio de la miseria que nos deforma junto a la vejez y nos hace aproximarnos a seres cadavéricos, criaturas famélicas a quienes reconocemos por el tono de la vos y la forma del lenguaje como un académico caído en miseria.

Un país de los cuentos grotescos de Pocaterra, en donde se seguirán diciendo las verdades acudiendo a las figuras literarias y demás recursos que nos provee la lengua, mientras el régimen cuenta con difamadores de oficio tarifados en medios de comunicación abordados por la maldad, que tienen patente de corso para amedrentar, odiar, calumniar y difamar bajo el amparo del poder y de quienes se arriman a sus garras, recuerden aquellos que ahora gozan de la venia del opresor, los invitados al festín del erario público hecho botín, que están muy cerca de los monstruos, que el abismo también ha podido ver hacia ustedes y que la fortuna es veleidosa, acomodaticia y más cuando esta vinculada al poder, en cualquier momento sus risas pueden trocarse en llanto, en desasosiego y en fatal angustia, la historia está llena de acólitos condenados por sus propios socios en el poder, solo recordando las crueldades de la dinastía julio claudiana, dan cuenta de los riesgos de estar cerca del poder total, así el cruel asesor de Tiberio, mientras este se encontraba en Capri, mantuvo amenazada a la familia de Germánico mientras su abuela Livia estuvo con vida, al morir esta consorte de Augusto toda la familia fue arrestada, la altiva Agripina azotada hasta perder un ojo y morir, Druso exiliado en la xerófila Pandataria, murió literalmente de hambre y mientras que el otro hermano de Calígula, se quitó la vida, pasando el joven Cayo Julio Cesar “ Calígula”, al cuidado bajo calidad de rehén de su senil y cruel Tío Tiberio, quien lo vigilaba día y noche bajo la amenaza de una ejecución sumaria, tal fue el estrés vivido, que la psique de Cayo Julio César colapsó y lo convirtió en una máquina de crueldades y abyecciones que hasta hoy sencillamente nos horrorizan, nadie se acerca a la crueldad absoluta y sale indemne y esta no es una frase de los libracos de autoayuda, es un axioma real, el vástago de Tiberio creyó contar con la protección Cayo Germánico Julio César y se convirtió en su víctima, ni sus hermanas vivieron a salvo, de la psicopatía de Calígula, Drusila su hermana de padre de madre, fue desposada por el emperador, embarazada y asesinada al abrirle el vientre, para extraer al feto y comérselo, emulando así a saturno, para evitar ser defenestrado del poder.

Estas anécdotas son compartidas para que se evalúe, el riesgo de la proxemia con el mal, nadie estaba a salvo bajo el dominio de Cayo Germánico Julio César, ya Suetonio daba cuenta de la insania mental del emperador romano, así pues se podía pasar de disfrutar los festines en el palatino a ser desmembrado bajo el flagellum del látigo imperial. La crueldad humana es infinita y quienes se acercan a ella no están a salvo.

Los dos relatos son disyuntos, uno el de los sultanes, el de las deidades tropicales y el otro el de los defenestrados, aquellos sin poder, como diría Václav Havel, el poder de los sin voz hará estremecer al país, en un baño de verdad en donde cada quien será responsable de sus relatos, acciones, poseses, fotos, realidades liquidas de las redes y jamás podrán borrar la macula de la ignominia, No hay escuelas, ni Universidades bellas con profesores, obreros, administrativos y estudiantes sometidos al hambre, la miseria y la depauperación, contra todo puede el hombre menos contra el hambre y en esa máxima del pensador romano reside la imposibilidad de la misión Escuela y Universidad bella, no hay belleza en el hambre, en la angustia, en la deserción en la imposibilidad, todo depende del grado de subsidio que cada docente y empleado decidan asumir frente a la disyuntiva de comer o educar.

Finalmente mi relato es el de la verdad de los millones, que ven inalcanzable la cesta alimentaria, de quienes comen diez calorías diarias, de aquellos que no pueden vestirse, calzarse y lo más lamentable enfermarse, pues cualquier morbilidad es una condena a la muerte, estamos muy solos, nos acompaña la angustia compartida, la pena común y el ostracismo del cual somos objeto, pero es preferible estar exiliado del vicio, que compartir la inmundicia de la traición, mil veces abrazo la pobreza digna y reivindicadora, que la traición de quienes nos han quitado todo, los relatos darán cuenta de carreras de vehículos de alta gama en medio de la sarna y la escabiosis, reportada por la Doctora Susana Raffalli, quien es la conciencia moral, el grito de la cacofonía de quienes decidieron no sucumbir, en ese coro me inscribo con algunos otros más, para relatar desde nuestra autoridad moral estos mustios años de traiciones y tartufos.

Conseguir lo justo

vidalitá

cuesta dios y ayuda

pero se consigue

vidalitá

no te quepa duda

yo tan sólo dudo

vidalitá

cuando es más barato

sí para mañana

vidalitá

o dentro de un rato.”

Mario Benedetti.

@nanezc

@carlornanezr




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