Los científicos han llegado a un nuevo hallazgo en Brasil. En la ciudad de Belo Horizonte, ha surgido un nuevo virus de origen amebiano con 90% de su genética desconocida, pero nada nociva para el ser humano.
El grupo de investigadores responsables de la novedad son de Brasil y de Francia, quienes explicaron este miércoles que el virus misterioso surgió en la laguna de Pampulha, en la región central de la mencionada ciudad, y le han puesto por nombre “Yaravirus”, en homenaje a “Iara”, una sirena de agua dulce del folclor indígena brasileño que con su canto atraía a los hombres hasta el fondo de los ríos.
Reporta EFE que el descubrimiento terminó publicado en la revista científica francesa BioRxiv por los investigadores Bernard La Scola, de la Universidad Aix-Marseille de Francia, y Jonatas Abrahao, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) de Brasil.
Además, fuentes del Laboratorio de Virus del Instituto de Ciencias Biológicas de la UFMG señalaron que el protozoario “no representa riesgos” para el ser humano porque “no infecta ningún tipo de vertebrados”, como el hombre.
Identificada parte de sus genes
Hasta el momento, los científicos tan solo identificaron 10% de los genes del Yaravirus, mientras que el 90% restante todavía está en fase de investigación, porque el material genético no corresponde a la información de los bancos existentes de la ciencia.
Por esta razón es que, según los investigadores, el virus resulta importante. Han dicho, asimismo, que es exclusivo de las amebas que están en lagunas, ríos, estanques y hasta en piscinas y en los sistemas de acueducto.
De acuerdo con el estudio, el virus puede ser la primera Acanthamoeba spp (no identificada) del género de los protistas Amoebozoas aislada del grupo de los nucleocitoplasmáticos de ADN grande (NCLDV, por su sigla en inglés).
Con el reciente corte de auxilios del Gobierno federal para las investigaciones científicas, los responsables del descubrimiento buscan ahora el apoyo de otras instituciones públicas y privadas, incluso del exterior, para dar continuidad e identificar 90% de los genes desconocidos y buscar así su utilidad para la ciencia.
