(Foto Eduardo Valencia)

Basyl Macías || bmacias@el-carabobeno.com

Los pronósticos se cumplieron. Robert Coronel enamoró al selecto público que plenó el auditorio de El Carabobeño, para escuchar su propuesta musical versionada con distintos géneros románticos populares y sublimes tradicionales, de corte nacional e internacional.

Con localidades agotadas, el concierto cargado de emociones y detalles inició con la magistral interpretación de los temas “Cómo será”, “Te necesito”, “Entre tus brazos”, “Cómo yo te amé”, creando una atmósfera de romanticismo y sutileza.

El público admiró y disfrutó durante dos horas del profesionalismo de este joven barítono valenciano, cuyos inicios estuvieron marcados por el canto lírico, dando sobradas muestras de su potente voz, calidad vocal e interpretativa que va en crescendo.

Efraín Pulgar (percusión), José David Páez (bajo), Gabriel Fuenmayor (batería), Daniel Gómez (guitarra), Anggela Carlino (cello), Daniela Colina (coros) también aplaudieron a Robert, en una visible admiración de esta talentosa promesa de la canción, que asciende hacia una nueva etapa de su prometedora carrera como cantautor.

El programa incluyó un homenaje a la música venezolana, donde Robert, cuan narrativas de Simón, recordó el milagro del nacimiento de su hermanita Bárbara Elena, a quien comparó con Gotas de Rocío, además de otras piezas emblemáticas como Viajera de Río, Anhelante, Quinta Anauco, Desesperanza, Rosario.

Hacemos un punto y seguido para mencionar el destacado encaje del arreglista y pianista, Abdiel Iriarte, quien demostró su sensibilidad y habilidad musical con piezas de artistas que marcaron la génesis del folclore venezolano.

Robert agradeció a los presentes y medios de comunicación el apoyo brindado, y a quienes dedicó en su esperada noche cuatro temas de su autoría, cargados de mensajes de grandeza hacia Dios, el amor, la familia, la amistad, la fe y la patria, en especial con su tema Mi Bella Doncella, al convertirse en uno de los momentos más conmovedores del concierto, donde lágrimas rodaron en los rostros de algunos.

“Me siento bendecido porque Dios me haya dado la oportunidad de cantarle al mejor país del mundo, Venezuela”, dijo conmovido.

Robert hizo dos piezas espectaculares con una invitada especial, Nayruska Monsalve, dejando claro su debilidad por el género romántico; y portando una «pajarita de origami», puso a cantar a su público con boleros que han hecho historia, al tiempo que anunció un segundo concierto, dejando en el aire la promesa de que falta mucho por ver y escuchar de su excelente trabajo discográfico en puerta.




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