El 2015 para el sector arrancó de esa manera. (Foto Archivo)
Dayrí Blanco
El vidrio del parabrisa siempre está empañado por la preocupación. Quienes están tras el volante de unidades de transporte de carga pesada no tienen días fáciles. Intentan esquivar los problemas que le ocasionaría caer en los comunes huecos de las autopistas del país, la escasez de cauchos se ha agudizado. Se exponen a la inseguridad cada vez que el cansancio les gana y deben parar a descansar; no espacios aptos para este fin. Y cumplir con los lapsos de entrega de mercancía se ha tornado imposible con el 50% de la flota paralizada por falta de repuestos.
El 2015 para el sector arrancó de esa manera. El vicepresidente de la Cámara del Transporte del Centro (Catracentro), Jonathan Durvelle, advirtió que lejos de mejorar el panorama, la crisis amenaza con agudizarse, y señaló que no aceptarán un ajuste de tarifa en los peajes mientras no se presten los servicios mínimos a los conductores.
Durvelle pidió que en el nuevo proceso de traspaso de competencia a las gobernaciones, anunciado desde el Gobierno nacional, se convoque al sector a mesas de trabajo para discutir la transformación en materia de infraestructura que deben sufrir los peajes, y la aplicación de un sistema de seguridad que permita que los choferes puedan pernoctar ahí cada vez que así lo requieran. Relató que la noche del pasado martes, a 100 metros del peaje La Entrada un conductor fue despojado de la gandola cuando decidió detenerse a comer algo. También se hace necesaria la permanencia de ambulancias, grúas y personal médico.
