Dayrí Blanco
La necesidad los obligó a tomar medidas drásticas. Desde el 15 de enero no sale ni una bebida desde la planta de Coca Cola Femsa ubicada en Valencia, como consecuencia de la paralización de actividades de la nómina que asegura no poder seguir trabajando con hambre.
Son 900 personas que no cuentan con comedor ni un salario que garantice alimentarse ni llevar la comida necesaria a sus hogares. 18 mil bolívares diarios más un bono de 200 mil es lo que devenga cada uno de ellos. Todo como consecuencia de una crisis que empezó por la caída en la producción en la empresa que en el último año se calcula en más de 75%.
El 10 de enero un primer trabajador decidió separarse de sus funciones. Andriuz Corro, presidente del sindicato de la compañía en Carabobo, explicó que lo hizo amparado en el artículo 53 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat), que dice que cuando se tiene en riesgo la salud se puede apartar sus obligaciones, mientras que el numeral 11 establece que no puede haber una doble presencia: Físicamente en el trabajo pero mentalmente en su casa por algún problema.
Lo siguiente fue una suma progresiva de sus compañeros de trabajo en esta huelga que se transformó en colectiva el 15 de enero, cuando la nómina completa se integró a esta manera de exigir mejores condiciones laborales.
En la planta Valencia de Coca Cola las cosas no están nada bien. La producción ha mermado durante el último año y pasó de 30 millones de cajas al mes, de las diferentes bebidas que hace la firma, a siete millones. La causa de esta situación deriva en la falta de diversas materias primas e insumos. “La gerencia nos ha informado que falta azúcar, cartón, tapa y botella plástica”.