Por lo general se suele hablar del dolor o la molestia que pueden presentar las mujeres durante su menstruación, ¿pero qué sucede cuando estos síntomas aparecen sin estar relacionados con este periodo?
Es posible que desde 15 días antes de tu menstruación o en tus días de ovulación, presentes dolor pélvico y que además se acompañe de otra sintomatología que puede ir desde un simple dolor de cabeza, hasta nausea, vómitos, labilidad emocional importante, hipersensibilidad en las mamas, ansiedad, tensión, retención de líquido y afectación psicológica (estado de ánimo deprimido, sentimiento de desesperación).
No es necesario que todos estos síntomas aparezcan para poder decir que estas frente a un síndrome premenstrual, ya que incluso se toma en cuenta la intensidad de cada uno, qué tanto llega afectar tu vida diaria y tu vida laboral.
En cuanto a su causa se sabe que en esta etapa puede ocurrir la disminución de la hormona que se libera, conocida como la progesterona, pero también se atribuye a déficit de complejo B, magnesio y en ocasiones de calcio. Para el diagnóstico, solo se puede realizar observando hasta por un mínimo de tres meses la aparición de la sintomatología o de los cambios de forma cíclica y en el mismo periodo.
¿Cómo lo podemos controlar? Es importante la consulta ginecológica para poder recibir el tratamiento ideal para cada una. Ya que el tratamiento puede basarse desde indicar hormona tipo progesterona -la cual disminuye en esta etapa en los casos de síndrome premenstrual-, hasta indicar actividad física, una alimentación que cubra las deficiencias que puedan presentar, hasta la indicación de magnesio que suele ayudar tanto a los calambres musculares como al dolor pélvico. En ocasiones se requiere de apoyo psicológico.
