Foto EFE

Entre 40 mil y 50 mil personas, según la Policía, abarrotan esta noche el centro de Buenos Aires, en especial los alrededores del emblemático Obelisco, para festejar el triunfo de River Plate ante Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores disputada en Madrid.

Las celebraciones se dan en medio de un operativo de seguridad que por el momento no ha dejado detenidos, aunque sí incautaciones de bebidas alcohólicas entre los hinchas, informaron a Efe fuentes oficiales.

También multitud de aficionados se congregan en las inmediaciones del estadio Antonio Vespucio Liberti, más conocido como el Monumental, de River Plate, situado en el barrio de Belgrano (norte).

Desde temprano, se cortaron las calles mas céntricas, así como el carril de autobús de la siempre concurrida avenida 9 de julio, donde se ubica el Obelisco, para favorecer la llegada de los aficionados del equipo que conquistase el título de la Copa Libertadores en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.

En torno a las 18.45 hora local (21.45 GMT), poco después de que River se proclamara campeón, los hinchas del «Millonario» fueron acercándose al Obelisco bajo la intensa lluvia que caía sobre Buenos Aires, y de forma progresiva fueron colmando la zona.

Cientos de seguidores no dudaron en subirse al auto y circular por las calles abiertas tocando el claxon, ondeando banderas por fuera de la ventanilla y gritando odas a su club.

El operativo estuvo a cargo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, en colaboración con la Policía Federal, con el que se buscaba evitar escenarios como el que obligó a suspender el 24 de noviembre la primera fecha programada del partido de vuelta de la final.

Ese día, aficionados de River lanzaron sobre el autobús de Boca, cuando llegaba al Monumental, un montón de piedras que dejaron a varios jugadores heridos, y en las afueras del estadio hinchas provocaron disturbios con agentes a las afueras del Monumental.

Por todo eso, y tras la decisión de no jugarse tampoco un día después, finalmente la Conmebol decidió trasladar el encuentro a Madrid.

Para las celebraciones de hoy en el Obelisco -tradicional escenario de festejos-, se colocó un vallado con el objetivo de proteger las fachadas de los edificios, mientras que los chaflanes y las bocacalles quedaron abiertas para la circulación de las personas.

El operativo cuenta con un camión cisterna dirigido hacia el sur.

En caso de disturbios, la Policía prevé la dispersión de la gente hacia el sur.

Por su parte, la Agencia Gubernamental de Control controla la prohibición de la venta de alcohol en las inmediaciones del obelisco, lo cual incluye el perímetro y a 500 metros por fuera del mismo.




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