Foto: Armando Díaz.

Dos militares de la Fuerza Armada Nacional se encontraban la mañana de este martes en el Mercado Periférico de Valencia. Su visita no es sorpresa para el centenar de trabajadores. Semanalmente se pasean de kiosco en kiosco, buscan frutas y hortalizas gratis en una especie de «matraqueo», expresión utilizada por los dueños de negocios.

Dinnorah Garzón, nombre ficticio utilizado por una de las trabajadoras para proteger su identidad ante los efectivos, perdió dos de sus productos. «No me quedó de otra. Se las di para que fueran, pero siempre hacen lo mismo»

Los uniformados cargaban una carpeta que contenía documentos que la mujer evitó leer para no entrar en procedimientos engorrosos. La venta en su puesto  es el medio que tiene para subsistir, por lo que regalar su mercancía no es una opción beneficiosa.

En el puesto de al lado esta un hombre de unos 40 años que también ha pasado por la misma situación. Mantuvo su nombre en secreto porque saben que los cuerpos policiales y castrenses no temen al momento de tomar represalias. Es cauteloso.

«Ellos vienen muy tranquilos y piden lo que quieren. Se inventan una excusa y uno con mucha impotencia se los da ¿A quién vamos y le reclamamos? a nadie». En esta oportunidad los dos militares afirmaron que tenían una reunión en la tarde y necesitaban frutas para hacer una tisana. Esta bebida lleva piña, naranja, cambur, manzana, uvas y lechosas.

En otras oportunidades no es un tisana, si no una fiesta. Es una acción reiterada en la que incurren funcionarios de estos cuerpos de seguridad. El hombre afirma que también acuden miembros de cuerpos policiales. «Abusan de su poder para obtener beneficios».

Mientras los dos militares le quitaban las hojas a la piña fueron fotografiados por la prensa. Al percatarse, exigieron que las fotos fueran borrados y amenazaron con llamar a una patrulla de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim). El hombre  apeló a que él desconocía el uso que se le daría a las imágenes.

En la Ley del Ejercicio del Periodista y el Código de Ética, no aparece ninguna ley que impida la toma de fotos a funcionarios militares. En la Constitución, la única norma que se asemeja a lo que los efectivos mencionaron es el artículo 60: «Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos.» Pero este no era el caso




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