En medio de todas las desventajas que tiene el país para enfrentarse a la cuarta revolución industrial, “Venezuela cuenta con un talento humano maravilloso que se crece ante las dificultades y se transforma en función de las herramientas que tenemos”.

Desde esta perspectiva, es analizada el comportamiento del venezolano ante la situación país y lo que ofrece la tecnología para salir de ella, por Aaron Olmos, economista, docente investigador universitario, quien es profesor invitado del Iesa y director del Centro de Cultura Digital.

Considera que ante la inminente llegada de la cuarta revolución industrial, Venezuela se encuentra en condiciones precarias porque el país “no está invirtiendo en el desarrollo de plataformas tecnológicas, en el desarrollo de una red eléctrica que se mantenga, en el desarrollo de equipos inteligentes para que la gente pueda aprovecharse de ellos».

Pero tenemos una gran ventaja: Tenemos personas que a pesar de la carestía y situación económica y social que estamos viviendo, ya saben que estos problemas se pueden superar. En Venezuela tenemos jóvenes y gente mayor que ha comenzado, con autoconocimiento y autodisciplina, a agregarse valor, a educarse, a aprender programación, a desarrollar aplicaciones, e independientemente de que tengamos el peor internet del planeta; tenemos criptomonedas nacionales, gente desarrollando blockchains en el país, y son personas que no han aprendido esto en ninguna universidad, sino que lo han aprendido solos”.

Olmos estuvo en Valencia participando en el cierre del semestre de la materia Criptoactivos y Criptomonedas, de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, junto al profesor Santiago Guevara y a su fundador, José Ángel Ferreira.

La cuarta revolución industrial

Desde hace dos años ya comienza a escucharse la idea de manos de Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, acerca de que, desde el punto de vista del desarrollo económico, político y social, hay un factor de producción que ha cobrado mucha importancia que es la tecnología, elemento que todo lo mueve, aunque todavía está presente la visión industrial y la visión del maquinismo como base del desarrollo de las naciones para potenciar las economías.

– Ya no estamos en la visión de la tercera revolución industrial, donde básicamente todo era máquinas o industria. Ahora tenemos una sociedad digital, una cuarta revolución industrial que es la revolución de la tecnología, la información, la validación de la data a través de internet y el desarrollo de nuevas tecnologías sobre internet, afirmó Olmos.

Venezuela en discordancia con los avances

Refiere el experto que uno de los doce temas de la economía digital, según Don Tapscott, es la discordancia-disonancia. “Significa que no todos los países, empresas o personas desarrollan en forma igualitaria el uso y el acceso a la tecnología. Cuando vemos esto en países llamados del primer mundo, que han tenido el tiempo de invertir parte de sus recursos en educación, en desarrollo e investigación de universidades, son estos países los que en principio tienen una gran ventaja, porque tienen muchas mentes formadas para este nuevo momento que estamos viviendo”.

La otra característica de los países del primer mundo, es que cuentan con toda una estructura desde el punto de vista económico que favorece el desarrollo de este nuevo modo industrial digital: infraestructura en internet, de telecomunicaciones, el desarrollo de industrias y empresas de equipos de tecnología que permiten estar conectados, y que no necesariamente los importan sino que los desarrollan y luego los exportan a otros países.

-En el caso de Venezuela, en estos últimos 19 o 20 años, hemos vivido es una destrucción del aparato productivo, una desinversión en áreas estratégicas para conectar de forma estratégica con la cuarta revolución industrial. Venezuela es uno de los países que tiene el internet más lento del planeta. Todos en Venezuela conocemos y sabemos los temas que hay de plataforma con la banca; de internet; de luz eléctrica en diferentes zonas del país. Si estamos hablando de una sociedad digital donde todo se mediatiza desde el punto de vista de la tecnología y de la energía, la discordancia como concepto está muy presente en el país.

– Si la persona tiene un buen teléfono o una buena tableta, en su zona se va la luz a cada rato. O puede ser que tiene luz y tiene internet, pero no tiene dinero para comprar los aparatos porque son muy costosos. O puede ser que tenga todos esos elementos: luz, internet, equipos pero tenemos el peor nivel de discordancia que es el no haber invertido en educación para que la gente aproveche de buena manera estas herramientas.

El estado de Venezuela es precario porque nuestro país no está invirtiendo en el desarrollo de plataformas tecnológicas, en el desarrollo de una red eléctrica que se mantenga, en el desarrollo de equipos inteligentes para que la gente pueda aprovecharse de ellos.




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