Los disfraces pasaron a ser parte de la memoria de los carabobeños. La mayoría de los niños que se encontraba en el Parque Fernando Peñalver de Valencia, estaban vestidos como en un día normal.
Los pocos infantes que caracterizaban algunos de sus personajes favoritos de las comiquitas, lo hicieron con trajes comprados en años anteriores o hechos por sus propios padres.
Una de las representantes señaló que no pudo disfrazar a su hija por los altos costos de los atuendos. «Fui al centro para ver cuánto estaba uno de princesa y me quedé fue loca. El más barato está en cinco millones y usado»
Otra de las madres indicó que fue al parque con sus dos pequeños porque resultó ser una buena opción para estos carnavales, ya que es un sitio bonito y totalmente gratuito.
Destinos como la playa son prácticamente imposibles de pagar para la mayoría de los encuestados, lo que ha hecho que este festejo se realice sin ánimos.