Con camiones cisternas se llevará agua a las comunidades

 Arturo González no tuvo alternativa. Sus hijos se quedaron en casa. No pudo enviarlos al colegio el lunes porque no tenía cómo lavar sus uniformes. En González Plaza, en Naguanagua, la escasez  de agua es tan fuerte, que los hijos de Arturo comparten un pipote para bañarse, al igual que él y su esposa. “El racionamiento que nos tienen es durísimo”.   

– ¡Queremos agua, estamos secos!, exclamaba uno de los vecinos durante la protesta. 

Temprano un grupo acudió al llenadero de la redoma de Guaparo. Allí querían hablar con los conductores de camiones cisternas, plantearles su crisis y estudiar la posibilidad de enviar camiones a la comunidad como parte de un plan de contingencia. “Pero cuando llegamos los camioneros nos trataron mal, estaban agresivos”. 

No piden que les regalen el agua. Solo quieren un precio justo: desde hace tres semanas los camiones cisterna, con capacidad de 10 mil litros, se venden por diez mil bolívares. Aumentó 66% de seis mil a diez mil bolívares. Es decir, por litro los vecinos pagan un bolívar, pero el conductor solo paga 500 en el llenadero. 

Casas como las de Arturo González están en la parte alta de la comunidad. El racionamiento de la Compañía Anónima Hidrológica del Centro (Hidrocentro) no satisface: la presión de agua por tubería es muy poca y no llena el tanque. El vecino tiene que pagar semanalmente dos mil bolívares a un camión cisterna para llenar su tanque de mil litros. 

-¿Cuánto les dura ese tanque?, preguntó una vecina a Arturo 

-Una semana, respondió. 

-¿Tanto, y cómo hacen por Dios?, comentó 

-Bueno, para que tú veas, dijo el hombre resignado. 

En casa de Arturo son ocho. La Organización Mundial de la Salud establece el consumo de agua por persona entre 120 y 150 litros por día. Pero en casa del vecino tienen que rendir 125 litros por persona para toda la semana: eso es lo que dura el tanque. “Y sin contar el agua potable, porque además gastamos semanalmente seis u ocho botellones para cocinar y beber”. El sueldo se va en agua, argumenta. 

Ganancia Exagerada

El llenadero de la redoma lo administra la cooperativa Ventuari, con sede en El Palito. Es la única que gerencia el pozo por concesión de Hidrocentro, explicó María Gabriela Poveda, administradora. La mujer intentaba mediar con los sedientos vecinos de González Plaza, quienes atravesaron seis cauchos viejos y dos troncos en el suelo cerca de la toma donde los camiones cisterna se abastecen. “Nosotros cobramos 500 bolívares por viaje a cada camionero, pero no podemos controlar cuánto cobran ellos”. 

Arturo González compartía la expresión de sus vecinos: asombro. “Quiere decir que estos señores ganan nueve mil 500 bolívares por viaje”. La falta de cauchos y baterías es una realidad, reconocen. Pero no todos los días se daña una pieza. “Queremos precios justos”

El pozo del llenadero en la redoma abastece a la Gran Valencia. “Aquí llegan desde todos lados”. Inclusive desde Tocuyito. “Como la sequía ha sido tan fuerte las comunidades necesitan más camiones, y eso se siente”. Al final los vecinos de González Plaza no consiguieron rebaja, sino dos camiones diarios. (LAB)




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