La escasez en marzo se ubicó en 29,4 por ciento. (Foto El Carabobeño)

Nathalie Bravo Monzón || nbravo@el-carabobeno.com

Luego de sufrir cetoacidosis a los 3 años de edad [se le presentaron morados por todo el cuerpo] y estar en terapia intensiva por 19 días, la hija de Damelis Víctor fue diagnosticada con diabetes tipo 1. Ahora, 11 años después, su esposo también comenzó a padecer esta enfermedad. Pero esto no es lo único que le preocupa, sino darle de comer a su familia en esta realidad de escasez. Cada tanto, peregrina de un supermercado al otro en busca de alimentos.

¿Qué es lo que le resulta más difícil? “Conseguir lo que sea dietético”, responde tajante la docente jubilada. Su hija tiene que consumir diariamente seis comidas, y no puede darle siempre lo mismo, por lo que debe ingeniárselas para no “aburrir” a la joven. Todo el núcleo familiar ha debido adaptarse a esta situación.

No es solamente lo que implica la búsqueda de los alimentos especiales que necesita, sino los elevados precios que debe pagar cuando los encuentra. “Antes gastábamos entre 1.000 o 1.500 bolívares, pero ahora todo está más caro, gastamos más de 3.000 bolívares, solo en comida especial para ella”. Según un informe del Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas), se requieren 4.8 salarios mínimos para poder adquirir la canasta básica.

A los tres les afecta el estrés por la incertidumbre si encontrarán los insumos. Edulcorante, pan integral, leche descremada e incluso las galletas tipo María, que forman parte de su régimen de alimentación variado, han desaparecido de los anaqueles, obligando a Damelis como a otras tantas familias a buscar alternativas, mientras otros abandonan la dieta y la salud pagando las consecuencias.

Existen alrededor de 10 mil ochocientas personas con diabetes en Carabobo, entre niños y adultos. Aproximadamente 6% de la población venezolana tiene diabetes. Hasta el año pasado, 2013, entre un millón doscientos mil y un millón quinientos mil personas padecían la enfermedad, según el Viceministerio de Salud Colectiva. Cada año aumenta 4% la cantidad de personas celíacas (con intolerancia al gluten) y hay hasta 16 millones de intolerantes a la lactosa y la mayoría de ellos no lo saben.

Realidad cuantificable

Al menos 90 por ciento de los pacientes que asisten a consulta nutricional deben cumplir con un régimen de alimentación indicado según la patología. El médico nutriólogo, Gustavo Oviedo, escucha sobre los obstáculos que enfrentan los pacientes con enfermedades crónicas como los triglicéridos y colesterol elevados, diabetes, nefropatías, intolerancias al gluten, lactosa y obesidad. A la escasez, le suman los elevados costos de los alimentos, en especial vegetales y frutas, de obligatorio consumo para mantener a raya estos problemas.

Según los últimos números difundidos por el Banco Central de Venezuela [BCV], la escasez en marzo se ubicó en 29,4 por ciento, un aumento de 1,4 puntos porcentuales con respecto a enero, cuando la escasez fue de 28%. Para la Cámara Venezolana de la Industria de Alimento (Cavidea), declinaron las ventas y la comercialización de leche en polvo, aceites, pastas, harina de trigo y harina de maíz al comparar mayo de este año con el mismo periodo de 2013. Registran al menos, cinco meses consecutivos de descenso.

Al cierre de abril, 20 alimentos básicos como compotas, azúcar, café molido y mortadela registraban una escasez superior a 30 por ciento según cifras del propio BCV. Sin embargo, para las personas con régimen de alimentación especial o que necesiten suplementos alimenticios, el desabastecimiento se vuelve crónico, porque la mayoría de los productos especiales son importados.

Damelis Víctor cuenta que en el pasado gastaba entre 35 y 40 bolívares por algún edulcorante. En la actualidad, los que son producidos en otros países, tienen un costo sobre los 100 bolívares, cuando los consigue. Los responsables de los supermercados admiten que tienen que cambiar varias veces el precio de los productos importados, porque los proveedores están sujetos a las fluctuaciones de la tasa de cambio de la moneda nacional.

Pero en muchos casos no hay forma de sustituir la mercancía extranjera. Los complementos alimenticios, que son medicinales y contienen sustancias proteícas para adultos mayores o adolescentes, pueden llegar a costar hasta 200 bolívares, y no tienen un sustituto nacional que equipare su valor. El 70 por ciento de los productos farmacéuticos son comprados en el extranjero y el 30 por ciento restante que se producen en el país, requieren de insumos que son importados, explica Yelitza Moreno, presidenta del Colegio de Farmaceutas del Estado Carabobo.

Inés Acosta padece de hiperinsulinemia. Además de no conseguir sus medicamentos, debe comprar menos hortalizas de lo acostumbrado, hasta el año pasado –relata- compraba la lechuga en un precio que oscilaba entre siete y diez bolívares por kilo; hoy, está en 59 bolívares.

La Canasta Alimentaria Familiar de junio de 2014 se ubicó en Bs. 11.956,76, aumentando Bs. 976,05 (8,9%), con respecto a mayo de 2014 y 90,5% entre junio del año pasado y junio de 2014, según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas).

Un plan de alimentación balanceado, que cubra las necesidades de energía del paciente debe incluir frutas, vegetales, almidones, proteínas, todos variados según el color. Además, ácidos grasos monopolisaturados (aceite de oliva, de canola, de maíz, aguacate), preferiblemente consumidos crudos, como aderezos. “Se organizan tres comidas, principales con dos o tres meriendas según las necesidades del paciente”, estima Mariela Conde, nutriólogo clínico.

Buscando opciones

Para las personas con intolerancia al gluten, existen productos especiales, en su mayoría importados, libres de esta glicoproteína pero a un costo muy elevado. Saque la cuenta: La harina de soja de 800 gramos, cuesta 50 Bs. y los cereales tostados oscilan entre 34 a 150 bolívares. En sustitución, puede utilizar alimentos como el maíz, arroz y tubérculos como papas, yuca, ñame u ocumo, recomienda Oviedo.

En el caso de la leche la solución no es tan fácil, es importante buscar alternativas para ingerir calcio. Quesos, alimentos como brócoli, sardina y frijoles, aunque no tienen la misma cantidad del nutriente, con una ingesta adecuada diariamente, se puede lograr la adaptación, explica la también pediatra, Mariela Conde.

El desabastecimiento también ha tocado a la leche deslactosada o descremada de larga duración. Aunque existen otros tipos que como la leche de soja de 1 kilo, que puede llegar a costar 216 Bs. La llamada “bebida de almendras” con vainilla alcanza los 392 Bs.

En orden a sustituir el aporte nutricional de la leche, el yogurt, los quesos blancos pasteurizados e incluso los artesanales, según la disponibilidad son otra opción.

“Existen dos alternativas para sustuir el edulcorante, o el paciente aprende a comer frutas picaditas sin necesidad de transformarlas en jugo, o se le puede colocar canela o stevia”, dice Conde. Mientras que Gustavo Oviedo invita a mezclar jugos de frutas neutras con cítricas, que le da un sabor diferente y requiere menos cantidad de endulzante.

Para darse un gusto, o un disgusto, se puede consumir una barrita de chocolate con edulcorante a valor de 99 Bs; un puñado de frutos secos a 59 Bs; galletas con mermelada natural,159 Bs. o con leche condensada si azúcar 135 Bs. e incluso “snaks” orgánicos que cuestan entre 37 y 50 bolívares. Esto si los consigue.

Otras alternativas
Hojas de stevia

Edulcorante natural que no necesita ser procesado.

1. En un litro de agua hirviendo, se coloca una cucharadita de hojas de stevia.

2. Esta infusión se coloca en un recipiente dentro de la nevera.

3. Al momento de consumir se extraen las gotas necesarias.

4. Se consigue en algunos supermercados o casas naturistas

Sal saludable

Con 2 cucharaditas de ajo en polvo, 1 cucharadita de albahaca seca, 1 cucharadita de orégano, 1/4 de cucharadita de pimienta molida, 1 cucharadita de cáscara de limón rallada y seca, se puede hacer una sal casera mucho más saludable. Se colocan todos los ingredientes en un salero, se mezcla bien y listo.

Arepas sin harina

Cualquier tubérculo (ocumo, ñame, ahuyama) pueden servir para preparar arepas sin necesidad de la harina de maíz.

1. Luego de sancocharse, se tritura el tubérculo.

2. Se le agrega puré de cualquier grano (que no sea caraotas), un poco de harina de arroz, una clara de huevo y una pizca de sal.

3. Se mezcla en licuadora, se toman porciones y se le da forma de arepa.

4. Para mejores resultados, colóquelo en un sartén de teflón para que no se pegue.

Puré de aguacate

El aguacate contiene grasas muy diferentes a la mantequilla pero tienen casi la misma consistencia a temperatura ambiente. La cremosidad y el sabor sutil se puede servir para preparar brownies por ejemplo. La equivalencia sería una taza de puré de aguacate por taza de mantequilla.




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