El presidente de la Unión Búlgara de Fútbol (UBF), Borislav Mihailov, anunció este lunes su dimisión al cargo que ocupa desde hace 18 años, pocos días después los violentos disturbios coincidentes con unas protestas de hinchas búlgaros que exigían su retirada.
«Dimito, no responderé preguntas», dijo Mihailov en rueda de prensa en la capital búlgara.
Las protestas de los aficionados que acusaban al presidente de la UBF de corrupción y mala gestión, y reivindicaban su dimisión, se saldaron con unos 60 heridos, al menos 30 detenidos y varios vehículos calcinados, además de diversos daños a la infraestructura urbana.
A raíz de la violenta reacción de la policía para dispersar a los manifestantes ante el estadio nacional, en pleno centro de la ciudad, donde la selección búlgara se enfrentaba a la húngara en un partido de clasificación para la Eurocopa, el primer ministro, Nikolay Denkov, destituyó al viceministro del Interior, Stoyan Temelakiev.
Además, se abrió una investigación contra diez agentes policiales, algunos de ellos temporalmente destituidos por violencia ilegal contra civiles.
«Para la tranquilidad de todos, he dimitido. En los últimos dos años, desde que volví a dirigir la unión de fútbol, toda la administración y yo hemos sido objeto de presiones inauditas, críticas constantes, calumnias, mentiras y agresiones», declaró hoy Mihailov.
Los aficionados consideran que el fútbol no ha hecho otra cosa que decaer desde que Mihailov asumió la presidencia de la UBF en 2005, sin lograr una sola clasificación para la fase final de un campeonato de relevancia.
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