La coordinadora regional de la ONG Transparencia Venezuela, Christi Rangel, explicó que los bonos entregados por el Estado venezolano a ciudadanos, son un sistema que cambia la lealtad política por una ayuda social.
En un foro organizado por El Pitazo en la Calle, manifestó que este mecanismo del gobierno venezolano ha generado un impacto negativo a nivel social y económico, pues no minimizó las necesidades, pero sí aumentó la corrupción. “El Carnet de la Patria ha sido utilizado para controlar el acceso a alimentos, vacunas, educación y servicios de salud”.
Ante el canje de ayudas sociales por afinidad a ciertos partidos políticos, afirmó que los bonos se han utilizado como una recompensa a la violación de los derechos laborales de los trabajadores. Además, ha aumentado la deserción laboral y estudiantil: “En el país no existe una correlación entre el esfuerzo y preparación de un trabajador respecto al salario percibido. Además, en ocasiones, los bonos los entregan sin hacer nada y sin merecerlos, ocasionando que adultos y jóvenes no vean en el trabajo una oportunidad para mejorar su calidad de vida”.
Bonos sociales
La invitada también listó otros problemas existentes alrededor de la entrega de bonos y ayudas sociales por parte del Estado venezolano, que limitan su efectividad:
- No cumplen con el objetivo de equiparar socialmente a las personas en vulnerabilidad, pues las asignaciones son irrisorias respecto al costo de la canasta alimentaria. El valor de los bonos oscila entre 0,46 dólares y 8,67 dólares desde 2020, mientras la canasta alimentaria se ha mantenido por encima de los 200 dólares mensuales.
- No existe focalización en la asignación de estas ayudas, así que no hay manera de verificar si los bonos se están entregando a personas que realmente los necesitan.
- Muchos de los beneficiarios no pueden cobrar estas transferencias, ya que no tienen acceso al sistema bancario o a tecnologías digitales, haciendo que se pierdan recursos.
- Los bonos han generado una distorsión en la figura del salario, ya que muchos beneficiarios los ven como una extensión del mismo, cuando no debería ser así.
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