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Tras dos años de investigación por parte de la Policía Federal de Brasil, varias de las principales cárnicas de ese país entre ellas JBS y BRF, maquillaron con productos químicos carnes bovina y aviar que estaban en mal estado y no cumplían con los requerimientos para poder ser destinadas al consumo humano.

Desde entonces los brasileños han comenzado a preocuparse por la carne que consumen al conocer los resultados de la denominada Operación Carne Débil, la cual involucra a un grupo de empresas del sector y de organismos del Estado.

El escándalo ha sacudido las estructuras más profundas del gobierno de Michel Temer y parte del sector privado ya que Brasil es el principal exportador de estos productos en el mundo. Anualmente vende US$5.500 millones en carne de res y US$6.500 millones en pollo, llega a 150 países en su mayoría de la Unión Europea y Asia y el sector representa el 7,2% de las exportaciones del gigante sureño.

Sus mayores clientes han reaccionado tales como China y la Unión Europea que han suspendido las compras de carne, pollo y otros productos de las empresas implicadas.

El gobierno de Chile también se reunirá con representantes brasileños para aclarar las denuncias de la policía federal.

Red de corrupción salpica a Temer

Producto de las pesquizas fueron arrestadas 38 personas y el comisario de la Policía Federal Mauricio Moscardi señaló que existía una red de corrupción dentro del gobierno para legalizar la carne maquillada en la que estarían implicados funcionarios del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, al que pertenece Temer.

Pero los representantes de las empresas niegan las acusaciones, mientras el escándalo les ha provocado pérdidas por unos US$1.900 millones en su cotización en la bolsa de valores de São Paulo.

Para la Policía Federal de Brasil, este caso representa la mayor operación de la policía brasileña en su historia.

Operación Carne Débil 

La Policía Federal reveló el viernes pasado los resultados de la investigación Carne Débil que involucró a 1.100 agentes y que arrojó los siguientes resultados:

1. Que empleados de las principales productoras cárnicas del país (entre ellas las gigantes del mercado JBS y BRF) adulteraban con productos químicos carnes que estaban «podridas» o en condiciones no aptas para el consumo humano dentro del territorio brasileño o para ser exportadas.

2. Que, para lograr la aprobación por parte del Ministerio de Agricultura, estas empresas habían creado una red de pagos de sobornos que involucran, según la policía, a varios funcionarios dentro del ministerio.

Maquillaje cárnico

Usaban ácidos y otros productos químicos, en algunos casos cancerígenos, para disimular las características físicas del producto podrido y su olor. Esos productos van desde vitamina C para disfrazar el color hasta conservantes por encima de los niveles permitidos por las entidades gubernamentales, explicó Moscardi.

El jefe policial informó que fueron emitidas 27 órdenes de captura contra empleados públicos, que habrían aprobado estos productos maquillados para su venta y consumo.

Además Moscardi reveló que la policía interceptó llamadas telefónicas entre dos funcionarios, quienes revelaron cómo un cargamento con salmonella que había sido devuelto de Europa había sido aprobado por uno de estos empleados públicos para el consumo dentro del país.

El Ministerio de Agricultura señaló que hasta este miércoles han despedido a 33 funcionarios involucrados en la investigación.

Las empresas involucradas 

De acuerdo a la Policía Federal, las principales empresas salpicadas por el escándalo son los grupos JBS, líder mundial y que controla las marcas Big Frango, Seara Alimentos y Swift y BRF, que es propietaria de las marcas Sadia y Perdigão.

JBS es una empresa con más de 60 años en el mercado y es considerada la principal productora de carnes del mundo.

Por su parte, BRF (por Brasil Foods o Alimentos Brasil) cuenta con más de 105.000 empleados y funciona en el sur del país, donde se ha concentrado el escándalo.

Estos dos grupos controlan el mercado brasileño, por esa razón este fin de semana lanzaron sendas campañas de relaciones públicas para dar tranquilidad a los consumidores internos con avisos en los principales medios de comunicación.

Ambas empresas niegan cualquier mal procedimiento en el proceso de producción de la carne y los pollos.

De acuerdo al reporte policial entre las 38 personas arrestadas hay funcionarios de gobierno, algunos de los cuales pertenecen al Partido del Movimiento Democrático Brasileño y otros son del Partido Progresista.

La investigación deja bien claro que una parte del dinero de las coimas era revertido para partidos políticos, señaló Moscardi.

Sin embargo, el gobierno no se ha pronunciado sobre estas acusaciones. Las declaraciones oficiales se han limitado a las del viceministro de Agricultura, Eumar Novack, quien ha hecho un llamado a la calma para evitar el pánico entre los consumidores.

 

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