Sara Pacheco
La oscuridad se ha adueñado de algunas plazas en la ciudad. Los juegos para los niños se limitan a las seis de la tarde. Posterior a esa hora, los padres prefieren proteger a sus pequeños dentro de las viviendas, esto sucede en diversas regiones del país, pero en la calle 5 de Julio, frente a la plaza que lleva el mismo nombre, es una costumbre adoptada desde el año pasado.
Anteriormente los infantes jugaban hasta tarde en las instalaciones del espacio recreativo. Pero la falta de iluminación perjudicó la rutina. Sara Peñaloza, vecina, comentó que algunos bombillos se han quemado, otros en cambio, han sido partidos por jóvenes ociosos. Hace poco vinieron a hacerle mantenimiento, pero eso tenía meses con el monte alto. El lugar es propicio para acciones delictivas.
De puertas cerradas
Sara aseguró que fue algo fortuito encontrarla sentada fuera de su vivienda. La mayoría del tiempo, sea de día o noche, se mantiene encerrada. La razón es clara. Desde hace tres años deben aguantar un brote de aguas negras en la entrada de su hogar. El colapso en las tuberías incrementó el flujo de cloacas. Aseguró que bajo la capa de suciedad se mantiene una alcantarilla profunda. Una vez se cayó un señor allí. El agua le llegó al pecho, detalló
Tanto ella como sus vecinos han denunciado el desbordamiento ante Hidrocentro sin recibir tan siquiera la mínima esperanza de que será arreglado. “Vienen a ver, abren eso, lo limpian. A los tres o cuatro días se tapa otra vez. Tienen que cambiar los tubos”.